¿Cómo se dio la degradación moral de Andrés Manuel? Levantar casi de la nada un movimiento de las dimensiones de Morena requirió de una gran determinación, una afilada astucia política, intensas jornadas de trabajo, la construcción de alianzas y enormes recursos financieros.

En sus recorridos a ras de tierra, Andrés Manuel se topó muchas veces con “garitas” de grupos criminales que al reconocerlo le dieron el paso; su perfil de misionero le permitía entender las raíces profundas —como la pobreza extrema— que los habían llevado a delinquir.

En contraste con sus prejuicios de 2006, doce años más tarde concluyó que para ganar debía sumar sin discriminar, incluso pactar con actores indeseables. Las aportaciones de organizaciones criminales fueron bienvenidas. Una vez en el poder —“amor con amor se paga”— la consigna “abrazos, no balazos” encubrió el pacto.

En las elecciones intermedias de 2021 el Cartel del Pacífico podía garantizarle el triunfo en la gubernatura de Sinaloa con un hombre dispuesto a ponerse a su servicio. Un pacto de esta envergadura requería la aprobación del mandamás, no solo del delegado de Morena, Américo Villarreal, ni del candidato a gobernador, Rubén Rocha, ni siquiera del presidente del partido, Mario Delgado, sino del jefe de jefes, un hombre íntegro que pactó con el diablo.

En algunos casos las contribuciones para el movimiento provinieron de acaudalados hombres de negocios, como Alfonso Romo, que habían llegado al convencimiento de que el ciclo del PRI se había agotado y era el momento de apostar por el cambio; habría sido imprudente cuestionarle a sus nuevos amigos el origen de ese dinero: ¿ganancias ilegítimas?, ¿defraudación fiscal? Así el hombre íntegro pactó con sus benefactores: de llegar al gobierno compensaría sus aportaciones con proyectos y concesiones que multiplicaría sus fortunas; y así lo hizo.

Los recursos para financiar el movimiento, al líder y a su familia, procedían también de gobernadores como Manuel Velasco Coello de Chiapas, quien se los suministraba a través de su operador David León. Andrés Manuel anunció que León sería el nuevo zar de las medicinas donde manejaría alrededor de 80 mil millones de pesos de compras de medicamentos; frustró el nombramiento el reportaje de Latinus sobre las entregas en efectivo a Pío López Obrador.

¿En qué momento se rebasa la línea de lo que, aunque ilícito, es “políticamente admisible” (contribuciones para una causa superior) y lo que es claramente criminal?

La aceptación sin distingos de contribuciones para el movimiento fue llevando paulatinamente a un entramado de pactos con actores del submundo criminal: empresarios corruptos, gobernantes rateros, grupos antisistémicos.

El tráfico de influencias ha enriquecido a los muchachos López Beltrán de la noche a la mañana. De la inopia y el desempleo transitan a la riqueza mientras este hombre íntegro, su padre, se hace de la vista gorda; “mis hijos son honestos”, proclama.

Andrés Manuel es un hombre íntegro dice la presidenta Sheinbaum. También dice que México es el país más democrático del mundo, hay que creerle porque ella nunca miente.

Presidente de GCI

@alfonsozarate

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