¿Alguna vez te has preguntado cómo se crean las regulaciones pesqueras? No es tan simple como contar peces. Al igual que en un tribunal, donde los testigos pueden malinterpretar eventos, los sesgos pueden afectar nuestra comprensión del océano y llevar a regulaciones pesqueras injustas o perjudiciales.

Imagina el océano como un complejo escenario con actores ocultos. Pescadores, científicos y legisladores, al igual que los testigos en un juicio, tienen cada uno su propia perspectiva. Estas perspectivas, moldeadas por emociones, creencias y limitaciones, pueden crear sesgos que distorsionan la verdadera imagen del ecosistema marino.

Un científico, por ejemplo, podría ser apasionado por la conservación. Esta pasión podría llevarlo a sobreestimar el daño de ciertas prácticas pesqueras. Otro, con una visión más práctica, podría centrarse en las necesidades económicas de los pescadores y subestimar el impacto ambiental. Estos sesgos pueden llevar a regulaciones desequilibradas.

Imagina enfocarte solo en la seguridad de los conductores, ignorando las necesidades de peatones y ciclistas. Esto es lo que sucede cuando sólo consideramos un aspecto del océano, como las emociones de las comunidades pesqueras, mientras descuidamos la salud general del ecosistema.

Así como nuestros ojos no pueden verlo todo, no podemos comprender completamente los secretos del océano. No podemos percibir todo el espectro de vida bajo el agua, al igual que no podemos escuchar toda la gama de sonidos que oyen los animales. Esto significa que nuestra comprensión del océano está inherentemente limitada y las interpretaciones sesgadas pueden tener consecuencias reales.

Entonces, ¿qué podemos hacer? Necesitamos pescar conocimiento de diversas fuentes, al igual que un detective recopila evidencia. Como científicos debemos escuchar a pescadores, comunidades, a otros grupos interesados, y considerar perspectivas desde todos los ángulos. Solo entonces podemos crear regulaciones que sean justas, sostenibles y protejan la riqueza del océano para las generaciones futuras.

Adoptemos un enfoque holístico para las regulaciones pesqueras, como un chef elaborando una deliciosa comida. Necesitamos considerar todos los ingredientes: el medio ambiente, la economía y las personas que dependen del mar. Al reconocer nuestros sesgos y buscar perspectivas diversas, finalmente podemos ver el océano por lo que realmente es: un mundo complejo e interconectado que merece nuestro respeto y protección.

Especialista en oceanografía costera

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