Los plásticos están en todas partes; en muchos casos, como parte de bienes y servicios que nos permiten cuidar nuestra salud, transportarnos, comunicarnos y facilitar nuestra vida. Sin embargo, debido a las prácticas deficientes de su manejo, cuando se convierten en residuos, también es posible encontrarlos en nuestro entorno natural, en el que interfieren con el equilibrio y la salud de los ecosistemas.

De acuerdo con el reporte del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “From pollution to solution”, es necesario emprender distintas acciones para evitar que los residuos plásticos lleguen al entorno: la reducción, el rediseño, la reutilización, el reciclaje y otros elementos de la Economía Circular son parte de este conjunto de soluciones.

Aunque conocemos algunos de los caminos que deben seguirse, en muchos casos no es claro a quién corresponde la ejecución de las distintas estrategias. La realidad es que la mayoría de las soluciones requieren de la acción conjunta de distintos actores para volverse viables, cada uno en su ámbito de competencia.

El primer gran protagonista es el gobierno.  

  1. Debe brindar certeza a todas las actividades derivadas del ciclo de vida de los productos plásticos a través de la generación de marcos regulatorios integrales, consistentes y viables, así como garantizar su cumplimiento.  
  2. Actividades locales de recolección y gestión de residuos que pueden ser apoyadas por la participación regulada de la iniciativa privada.  
  3. Formación ciudadanía, a través del sistema educativo y las instancias relacionadas con el ambiente, para comprender la necesidad de modificar el consumo y la gestión de residuos.

El segundo actor es la industria: quien juega un rol básico a partir de los productos que genera y su participación en la creación y operación de mecanismos de circularidad.  

  1. Se requiere una reconcepción de los productos que disminuya el consumo de recursos en su fabricación, al tiempo que permita la reutilización, reparación, remanufactura y reciclaje.
  2. En lo que respecta a los procesos, generar estrategias que promuevan la sustentabilidad a través de mecanismos de acopio, sistemas de reutilización, promoción de la incorporación de material reciclado en los productos y generación de acuerdos con las autoridades que permitan ir más allá de las acciones voluntarias.  
  3. Los efectos serán mayores si las empresas pertenecientes a los distintos subsectores se coordinan y organizan, de forma que las medidas planteadas sean generales y consistentes, facilitando su seguimiento por parte de los ciudadanos.

El tercer componente en la solución de la problemática derivada de la presencia de los residuos plásticos es la sociedad. 

  1. Los ciudadanos jugamos un rol primordial, inicialmente, a través de nuestras decisiones de consumo, que envían señales a los productores sobre aquello que consideramos válido y preferible. En la medida en que elijamos alternativas que disminuyan el consumo de recursos, sean reutilizables y reciclables, contribuiremos a su éxito.  
  2. Nuestro segundo papel es como generadores de residuos, y por lo tanto, responsables de su separación primaria. La segregación en la fuente de los residuos es la llave que abre todas las posibilidades de aprovechamiento, y es responsabilidad nuestra, como generadores, llevarla a cabo.  
  3. Finalmente, se requiere una participación activa en la toma de decisiones. La elección de representantes que planteen soluciones claras y efectivas a las problemáticas y el seguimiento a las acciones que promueven gobierno e industria.

Es innegable que la definición y consecución de los objetivos generará situaciones en que los intereses y visiones de los distintos actores sean diferentes, dificultando los acuerdos necesarios para atacar un problema complejo con implicaciones ambientales, sociales y económicas.

En este contexto, la academia tendría que contribuir generando información local, válida, y analizada con el fin de dar elementos para la toma de decisiones. Hacer un esfuerzo importante en el ámbito de la divulgación, que genere una base de conocimiento a partir de la cual, los distintos actores puedan valorar las posibles soluciones.

En conclusión, la solución a la presencia de plásticos en el ambiente no es única, más bien, se compone de estrategias diferentes para los distintos productos, materiales y aplicaciones. Cada una de las medidas requiere, por lo general, de la participación concertada de las autoridades, la industria, la ciudadanía y la academia para generar un beneficio ambiental, económico y social tangible, tanto en su concepción como en su ejecución.

La ecuación no siempre es simple, y se requiere de una auténtica voluntad para alcanzar acuerdos que, si bien no sean perfectos, sí sean viables, y nos acerquen al manejo sustentable y responsable de recursos que todos queremos alcanzar.

Profesora e investigadora con especialización en la gestión de residuos plásticos. Integrante de la campaña Vida Circular.   

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