El año 2025 se presenta como un período crucial para México, en el que confluyen una serie de desafíos que pondrán a prueba su estabilidad política, social y económica. Entre los principales retos destacan las tensiones internacionales, los cambios políticos internos y los problemas estructurales que han persistido por años.
La llegada de un nuevo presidente a la Casa Blanca podría traer consigo una serie de presiones significativas para los connacionales que residen en suelo estadounidense. Históricamente, los cambios en la administración norteamericana suelen reflejarse en políticas migratorias más estrictas, que frecuentemente derivan en abusos a los derechos humanos de los migrantes. México enfrentará el reto de proteger a nuestros paisanos a través de sus consulados y de mantener un diálogo firme pero constructivo con el gobierno estadounidense para garantizar un trato digno y equitativo a sus ciudadanos.
Por primera vez en la historia del país, se llevará a cabo la elección popular de impartidores de justicia, un proceso que corre el riesgo de fracasar debido a la falta de reglas claras y al regateo presupuestal que el Congreso, controlado por Morena, ha impuesto al Instituto Nacional Electoral (INE). La ausencia de recursos suficientes para organizar esta elección podría derivar en una baja participación ciudadana y en cuestionamientos sobre la legitimidad de los resultados, lo que afectaría gravemente la confianza en el sistema judicial.
La inseguridad continuará siendo un reto mayúsculo para México. Los grupos delictivos han incrementado su poder y presencia en diversas regiones del país, mientras que los esfuerzos institucionales para contenerlos han mostrado un deterioro notable. La incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad y el respeto al estado de derecho no solo pone en riesgo la vida de los ciudadanos, sino también debilita la percepción de estabilidad necesaria para atraer inversión extranjera y fomentar el desarrollo económico.
El optimista pronóstico de crecimiento económico del gobierno federal para 2025 probablemente no se cumplirá, lo que obligará a recurrir a un mayor endeudamiento para cubrir los compromisos asumidos. Este escenario aumentará la presión sobre las finanzas públicas y limitará la capacidad del gobierno para implementar políticas sociales y de infraestructura necesarias para el desarrollo del país.
La desaparición de órganos autónomos, promovida por el gobierno de Morena ha debilitado las instituciones encargadas de proteger los derechos humanos y de regular la actividad económica. Sin árbitros imparciales y honestos, se ha incrementado la incertidumbre para los inversionistas, lo que podría traducirse en una menor actividad económica y en la pérdida de competitividad del país.
El 2025 se perfila como un año determinante para el futuro de México. Los desafíos internacionales, como la protección de los connacionales en el extranjero, y los problemas internos, como la seguridad, el estado de derecho y la estabilidad económica, exigirán liderazgos responsables, instituciones fortalecidas y una sociedad civil activa para superar las adversidades y trazar un camino hacia un desarrollo sostenible y equitativo.
Presidente nacional del PRI.