La nueva versión de Cómo Entrenar a tu Dragón (Reino Unido, Estados Unidos, Islandia, Canadá, 2025) es tan efectiva y espectacular que con esta sola entrega Dreamworks/Universal ponen en entredicho la idea que afanosamente Disney nos ha sembrado en tres décadas de películas mediocres: Todo live-action es una basura.
O dicho de otra manera, Cómo Entrenar a tu Dragón (2025) demuestra que es posible hacer versiones con actores reales y animación ultra realista tan o más emocionantes que sus contrapartes animadas.
Y es que todo lo que hacía a la versión original memorable está aquí: Emocionantes escenas de combate, grandiosas escenas de vuelo, y una trama que conserva los momentos más emotivos y lacrimógenos sin perder un ápice del mensaje ecológico-pacifista-generacional de la película.
En ese sentido (y a diferencia del otro gran live-action de este año, Lilo y Stitch, destinado a recibir odio de quienes ven mancillada su infancia al ser diferente a la original), Cómo Entrenar a tu Dragón no corre riesgo alguno y juega a la segura: No hay cambios en el guión, los diálogos permanecen casi intactos, hasta los encuadres parecen iguales y el reparto está armado de tal forma que los actores sean casi copias de las versiones animadas.
Una estrategia a todas luces ganadora porque si algo aprendieron de la larga experiencia de Disney con más de una docena de películas live-action es que no debes de cambiar absolutamente nada de la cinta original o el internet vendrá por ti a destruirte.
Así pues, no hay forma de que alguien odie esta nueva versión.
Dicho y hecho. Las dos versiones de Cómo Entrenar a Tu Dragón son copias calca, tal vez por eso ambas sean tan efectivas, emocionantes e inspiradoras: Porque ambas parten de un material original bien escrito y mejor ejecutado.
Dirigida por Dean DeBlois (el mismo director de la versión original, quien por cierto es también el director de la versión original de Lilo y Stitch), esta nueva cinta se empata con aquella calca de Psycho (el clásico de Alfred Hitchcock) que en 1998 dirigiera Gus Van Sant, quien se atrevió a tal osadía “para que nadie más lo hiciera” (sic).
También podríamos poner esta versión de Cómo Entrenar a tu Dragón en el mismo estante que Funny Games, del genial Michael Haneke. Su caso es curioso ya que en 2007, el sombrío director austriaco decidió hacer él mismo el remake de su perturbadora cinta Funny Games (1997) para que ningún director gringo le fuera a bajar de tono a la película. De hecho sucedió todo lo contrario, la versión gringa de Funny Games (2007) si bien es una copia cuadro a cuadro del original, resultó ser aún más violenta. Haneke quería perturbar mucho más al público gringo.
¿Cuáles son los motivos de How to Train your Dragon 2025? Pues el más noble de todos: El dinero.
Aunque quiero pensar que hay algo de reto en el ego de DeBlois. Porque no solo prueba que es un director todoterreno, que lo mismo maneja animación que “live action”, sino que además sale triunfante en ambas tareas. Para finales del año, DeBlois podrá presumir que estuvo involucrado en los dos proyectos más exitosos del año y que ambos fueron versiones live action de dos películas previas de su autoría. So much money in the bank.
Es aquí donde podría contarles de qué va la película, pero eso no tiene ningún sentido, es más, si ya no se acuerdan de la versión de 2010 o si nunca la vieron, mejor: Vayan al cine y disfruten de un gran espectáculo.
Y si pueden verla en IMAX, mejor.