Rumbo a la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas, ocho de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible se encuentran en riesgo, derivado de que el matrimonio y las uniones infantiles, tempranas y forzadas, siguen siendo un problema a nivel mundial y del cual México no escapa; de acuerdo con cifras de Girls not Bridesen, se estima que en el mundo alrededor de 560 millones de mujeres y adolescentes vivas hoy en día se unieron cuando eran niñas o adolescentes; México, con 1 millón 420 mil mujeres casadas o en unión antes de los 18 años, ocupa el octavo lugar.
Como parte del Punto 5 de los ODS sobre igualdad de género, se establece como meta fundamental poner fin a la práctica dañina del matrimonio infantil para el año 2030, lo que a siete años se ve cuesta arriba. Se visibiliza que de no lograrse un avance significativo en la erradicación del matrimonio infantil, afectará no solo el Punto 5 sino en el cumplimiento de los ODS relacionados con: pobreza, seguridad alimentaria, salud, educación, igualdad de género, crecimiento económico, paz y justicia.
En el mundo y en México las niñas y los niños son víctimas de violaciones a sus libertades y a sus derechos humanos, el matrimonio infantil, es una de las más graves porque pone en peligro su vida, su libertad y sus decisiones para el futuro.
Save The Children, ha alertado que el matrimonio infantil en México es un problema latente que afecta en mayor proporción a las niñas, una de cada 100, entre los 12 y 14 años de edad, están casadas o unidas informalmente.
En tanto, de acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2021, alrededor de 10 millones 500 mil mujeres se casaron siendo menores de edad y 7 millones 900 mil tuvieron su primer hijo antes de los 18 años. Estima que alrededor de 326 mil mujeres fueron “robadas” en contra de su voluntad para casarse y 193 mil se casaron a cambio de dinero, propiedades o regalos a sus padres para que celebraran matrimonios “arreglados”.
De acuerdo con el Inegi, cada día se producen 38 uniones forzadas a lo largo del territorio nacional. Son cifras alarmantes que deben lastimarnos y ocuparnos, porque el matrimonio infantil es una expresión de la violencia contra la mujer y hay niñas que prácticamente pasan toda su vida siendo violentadas de manera psicológica, física, sexual y económica.
El matrimonio infantil ya estaba está prohibido en México desde marzo de 2019 pero su tipificación ha sido insuficiente para erradicarlo, aún es tolerado socialmente en algunas regiones como en el estado de Guerrero, por ello es importante que hace unas semanas se endurecieran las penas para quien obligue a casarse a niños de comunidades afromexicanas e indigenas y se modificó el Código Penal para que las denuncias no prescriban.
En la reciente reforma se establecen penas de cárcel concretas para quienes organicen o celebren “cohabitaciones forzadas”, porque los niños y las niñas que son víctimas no tienen la capacidad de consentir y, muchas veces, oponerse a estas uniones, ahora se castigará hasta con 22 años de cárcel el matrimonio infantil.
Las niñas y los niños en nuestro país, son las personas más vulnerables, todos los delitos graves, humillantes y vejaciones en su contra se encuentran invisibilizados y normalizados; es importante que desde la sociedad levantemos la voz para denunciar el matrimonio infantil, no debemos tolerarlo; contribuyamos a la edificación de un país donde las niñas y niños transiten sin miedo y se protejan sus derechos humanos; es nuestro deber proteger a las infancias, su inocencia, sus derechos y libertades.
Maestra en políticas públicas
Alejandra Barrales (@Ale_BarralesM)