Se acaba de publicar el Informe sobre la Desigualdad Global que está firmado por los integrantes del Laboratorio Mundial sobre la Desigualdad, que forma parte de Naciones Unidas. Entre otros participantes está el economista francés Thomas Piketty. Resulta interesante para México porque permite comparar la agenda del actual gobierno con un estudio global sobre esta problemática.
La desigualdad no solo es resultado de maquinarias del capitalismo, en donde las dinámicas de acumulación no tocan a la voluntad política, ni se puede modificar la realidad por el esfuerzo de los gobiernos. Por el contrario, la política es parte central de las decisiones que pueden rediseñar la compleja problemática de la desigualdad.
Durante la mayor parte en la que reinó el modelo neoliberal sin rivales, entendido no solo como una serie de políticas económicas, sino como una racionalidad general, la desigualdad no fue un tema importante que estaba en el debate; lo que sí se trabajó fue la problemática de la pobreza y los múltiples programas sociales de transferencias antes condicionadas o ahora directas. Pero, resulta importante señalar que, durante más de 25 años, esos programas sociales de combate a la pobreza, no se modificó esa condición. A pesar de que México tenía la referencia de los primeros dos gobiernos de Lula en Brasil, en donde se comprobó que para salir de la pobreza había que incrementar los salarios, como se dijo de forma repetida, sin embargo, esos gobiernos no quisieron escuchar, ni mover el dogma de subir salarios porque eso provocaría -supuestamente- un crecimiento inflacionario. Hoy se ve que ese dogma neoliberal llevó a los gobiernos de la transición a perder el poder. La 4T cambió el postulado y ha sacado de la pobreza a más de 13 millones de personas. Lo que sigue es mejorar la calidad de vida, hacer viable el modelo y construir una agenda potente en contra de la desigualdad.
Regresando al estudio, se puede ver que existen varias problemáticas en donde hay que trabajar para reducir la enorme desigualdad en la que nadamos en esta fase de globalización. Se trata de: “el clima y la riqueza, las disparidades de género, el acceso desigual al capital humano, las asimetrías del sistema financiero mundial y las divisiones territoriales que están rediseñando la política democrática. En conjunto, estos temas revelan que la desigualdad actual no se limita a los ingresos o la riqueza”. Con esta agenda amplia se hace un llamamiento para construir caminos por una mayor igualdad: (como) una fiscalidad progresiva, la inversión en capacidades humanas, la responsabilidad climática (…) y unas instituciones políticas inclusivas capaces de reconstruir la confianza y la solidaridad”.
La cifra global de la desigualdad es que la riqueza se ha venido concentrando de forma brutal a nivel global, así “el 10% más rico posee tres cuartas partes de la riqueza mundial, mientras que la mitad más pobre solo posee el 2%”. En materia climática tenemos que el 10% más rico representa el 77% de las emisiones; hay una muy grave desigualdad de género en donde las mujeres trabajan más que los hombres y ganan mucho menos; la desigualdad por regiones es otro ángulo de una geografía que tiene un muy mal reparto del ingreso. En el tema de la fiscalidad, en los países ricos y con altas tasas de impuestos se reduce hasta un 30% las diferencias de ingresos, en cambio en países como México la situación antes y después de impuestos no se modifica de forma importante; según un artículo de Ciro Murayama, el coeficiente de Gini mexicano pasa de 0.43 a 0.42, en cambio en países de fiscalidad potente pasa de 0.50 a 0.30 (El Financiero, 30 de julio 2025).
Las recomendaciones del estudio para orientar las políticas públicas y la inversión apuntan hacia escuelas gratuitas y de calidad, programas redistributivos, igualdad de género, igualdad salarial, política climática, fiscalidad progresiva, reforma al sistema financiero. “La desigualdad es una elección política”. ¿Qué tan lejos anda la 4T de esta agenda, como para afirmar que su modelo funciona y celebrarlo? Parece que todavía le falta mucho camino por recorrer a este gobierno y corregir las malas políticas del sexenio pasado…