Sucedió al fin. Tanto hablar de que el cambio climático aparecería algún día en la Tierra, de que debíamos cuidar nuestros recursos naturales que, desde la secundaria se nos dijo, no son renovables, hasta que sucedió. Ya habíamos comentado en alguna de estas entregas sobre la novela Dunas de Frank Herbert, que ahora resulta un fenómeno cinematográfico. En esa novela su autor nos previene sobre la escasez del agua y sus terribles consecuencias. ahora estamos viviendo la pesadilla.
El agua se está acabando. Los recursos se están acabando y no podemos más que decir Oh, dios mío.
A lo largo de las últimas décadas, la sociedad ha sido cada vez más consciente de los peligros de esta perversión de la Naturaleza. Como consecuencia de ello, en los últimos años, se viene observando un cambio radical en las políticas de gobiernos y de algunas empresas. Aunque con mucho camino por recorrer, es cada vez más extendida la idea de que el cambio climático es un problema global que nos atañe a todos, y que debemos aunar esfuerzos para mitigarlo. De hecho, cuando hubo la preocupación más grande, antes que nada, fue cuando el petróleo socavó las entrañas de la Tierra convirtiéndolas en vacío, ese vacío que no hay forma de llenar.
Hubo ya campañas sobre el cuidado del agua, sobre prevenir la destrucción de la capa de ozono o la destrucción de las áreas naturales pero la Humanidad es el gran depredador. Nada pareciera quedar a salvo de su intromisión contra la vida, contra lo que sería la salvación de nuestro mundo. Todo está en peligro gracias a su desdeñosa actitud.
Este necesario cambio de mentalidad ha ido enfocado casi exclusivamente en uno de los aspectos del cambio climático. Podemos agregar las emisiones de carbono. Los gobiernos y empresas prometen neutralidad en carbono con un plazo de décadas y dirigen sus esfuerzos a compensar las emisiones de CO2 que sus actividades producen.
No obstante, el cambio climático global es un problema con muchísimas caras. Centrar los esfuerzos en mitigar las emisiones de carbono puede suponer que se obvien otros problemas tan o más graves que el calentamiento global.
Lo que en la prensa y medios se llama “Cambio climático” en general, es en realidad un problema mucho más amplio que no solo afecta al clima terrestre a consecuencia de
los peligros del cambio climático. Para hacernos una idea de lo que estamos hablando, conviene repasar algunos de los hechos que todos conocemos.
a).- Las actividades humanas (transporte, industria, calefacción y generación de energía, entre muchos otros) producen gases de efecto invernadero, los cuales se acumulan en la atmósfera.
b).- Estos gases provocan un sobrecalentamiento de la atmósfera, lo cual a su vez provoca cambios de calado en el sistema climático terrestre.
c).- Por tanto, sabiendo todo esto, parece razonable pensar que la solución pasa por reducir la emisión de estos gases y fomentar la absorción de estos a través de seres vivos fotosintéticos que absorben estos gases del aire.
Es probable que nos resulte difícil hablar del cambio climático con nuestros hijos. Es natural querer proteger a los niños de aquello que les puede provocar dolor o preocupación. Es posible que nuestro hijo o hija ya haya oído hablar del cambio climático en la escuela, en internet o entre sus amigos.
No es de sorprender que los niños sientan una variedad de emociones ante el cambio climático, como ansiedad, miedo, tristeza y rabia. Se trata de reacciones muy naturales a algo tan incierto y devastador como lo es en sí el mismo fenómeno.
Si bien es imposible ofrecerles a nuestros hijos la solución al cambio climático, sí podemos proporcionarles información, asegurarles que no estarán solos y ayudarlos a encontrar formas de tomar medidas al respecto.
En nuestro país las causas del cambio climático tienen diversos orígenes.
El aumento de la desertificación. El aumento extremo de temperatura. En la Ciudad de México, en los últimos años, la temperatura se ha incrementado casi 4 grados.
El cambio en la forma en que llueve. Ya sea en Motozintla, Chiapas, o en Ciudad Juárez, Chihuahua, el número de tormentas intensas va en aumento.
Se adelantan las épocas de calor. En las regiones del norte del país las épocas de calor comienzan de manera anticipada y terminan después del tiempo habitual, comparadas con años anteriores.
La pérdida de bosques se ha acelerado en nuestro país. Los incendios forestales se asocian también con el aumento de la temperatura. Los glaciares más importantes de México, ubicados en los volcanes Pico de Orizaba, Popocatépetl e Iztaccíhuatl, están disminuyendo su extensión.
La aparición de enfermedades, en Chihuahua, por ejemplo, han aparecido casos de dengue, algo insólito en esa región.
Además, el aumento en alimentos y otras materias primas ha aumentado su costo. Nunca había subido más la canasta básica y es por el desabasto de agua, por ejemplo. Nos enfrentamos a un momento crítico que ya dejó de ser ciencia ficción para convertirse en una amarga realidad.
En los últimos 800 000 años, las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso han aumentado a niveles sin precedente. Las concentraciones de dióxido de carbono han aumentado en un 40% desde la era preindustrial debido, en primer lugar, a las emisiones derivadas de los combustibles fósiles y, en segundo lugar, a las emisiones netas derivadas del cambio de uso del suelo.
Los océanos han absorbido alrededor del 30% del dióxido de carbono antropogénico emitido, provocando su acidificación.
Ante este panorama me pregunto, ¿qué vamos a hacer? No podemos ya pensar en prevención puesto que el problema ya está encima nuestro. ¿Lo peor?
El “Día Cero” es un término que se ha utilizado para referirse a la fecha estimada en que el agua dejará de ser suficiente para los habitantes de México; es decir, que a partir de ese momento comenzará una escasez y agotamiento del vital líquido.
El término fue utilizado por primera vez en el año 2018 por los habitantes de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, fueron quienes comenzaron a hablar sobre esta situación debido a que estaban enfrentando una importante crisis de agua y pasando por una de las sequías más prolongadas en su historia.
El Día Cero está relacionado con problemáticas como las que venimos comentando desde hace unas líneas, provocado todo por el cambio climático, escasez de agua, crecimiento de las poblaciones, extracción de agua del subterráneo, y mala gestión de recursos hídricos, entre otros.
Ante este panorama nos sentimos impotentes para solucionar el espectro que avanza hacia nosotros. Palabras terribles primero, vaticinios que venían sobre nosotros después, realidad que hoy tendremos que sufrir. Ahí lo dejaremos. Por ahora.
REFERENCIAS
IPCC, 2013: “Resumen para responsables de políticas. En: Cambio Climático 2013: Bases físicas. Contribución del Grupo de trabajo I al Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático” [Stocker, T.F., D. Qin, G.-K. Plattner, M. Tignor, S.K. Allen, J. Boschung, A. Nauels, Y. Xia, V. Bex y P.M. Midgley (eds.)]. Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido y Nueva York, NY, Estados Unidos de América, p. 4.