Confiesa que se siente torpe en tierra. Lo suyo es el mar, nadar libremente, dialogar con peces, corales y bosques subacuáticos, entenderse con el misterio de los laberintos acuíferos, sumergirse en las profundidades sin tanque de oxígeno ni aletas y fundirse con el agua. Camila Jaber no emerge de la Odisea de Homero; ni del mito griego Jasón y los argonautas o del cuento de Andersen. Es mexicana, tiene 25 años y acaba de obtener el primer lugar en el concurso #CreateCOP26, en el marco de la Cumbre Mundial en Glasgow, Escocia donde la expresión artística joven protagoniza un fuerte llamado para salvar la vida en el planeta frente a la emergencia climática.
Camila nació en Ciudad del Carmen, Campeche, y cuenta que desde niña “soñaba con ser una sirena”. Nadaba desde muy pequeña y se entendía bien con el agua y sus habitantes. Con su familia se mudó y creció en los cenotes y mares de la Riviera Maya y a los 16 años descubrió la apnea o buceo libre, una disciplina deportiva que consiste en aprender a controlar la respiración para sumergirse en las profundidades marinas sin tanque de oxígeno. En 2020, dentro del cenote Yum ki´n de Quintana Roo, rompió su propio récord al descender 58 metros sin aletas ni tanque y permanecer en comunión con el agua durante 2 minutos y medio. Se convirtió en la Campeona Nacional de Apnea.

“Yo soy cenote… soy luz y oscuridad. /Mis aguas se adornan con cortinas de rayos de luz y se transforman en magia. / Yo soy cenote… soy flores que se convierten en jardines. /Soy una montaña subacuática o un bosque. /Soy en donde se encuentran el río, con el mar. /Yo, soy cenote. Soy movimiento y quietud. /Soy raíces y árboles. Mis aguas alimentan el suelo árido sobre mí. /Soy necesario. /Yo, soy cenote. Soy la fuente de vida para la selva sobre mí. /Te causaré asombro y daré inspiración. /Yo, soy cenote. Estoy contaminado. /Aguas residuales se filtran por el suelo hasta llegar a mí. /Fertilizantes y químicos son mi mayor amenaza. Necesito tu ayuda, tanto como tú, necesitas la mía…/ Necesito tu ayuda.”
Lo suyo ¿es deporte, poesía, meditación, danza, performance…?, le pregunto. “Todo eso junto”, me responde la sirena. Y agrega: “En este mundo caótico no hay cabida para el arte sin intención”. Ella sabe muy bien que cada metro que desciende “hace más profunda mi voz por la conservación de los mares” y que su arte revalora nuestra relación con el agua. Sabe también que el asesino de los océanos no es el tiburón sino el plástico. Y en el caso de los cenotes: el mal tratamiento de aguas residuales, las sustancias químicas y los fertilizantes, la presión del turismo.
Camila Jaber, que también es ingeniera en innovación y desarrollo, se expresa con la belleza del cuerpo, de la palabra y del agua, la cámara de Daan Verhoeven y la música de Juan Rodríguez Expósito. La exposición virtual de las obras finalistas encabezada por “Yo soy Cenote” puede verse en el sitio artpartner.com Es la voz del arte joven que, con foto, performance, video, pintura… sacude conciencias, exige acciones y conmueve hondo.
adriana.neneka@gmail.com