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A través de su editorial Desde la Fe, la Iglesia católica consideró que “sigue siendo urgente dar atención profunda, permanente y eficaz” a la violencia que viven las mujeres en el país, ya que de continuar con lo que calificó “remedios superficiales, ocasionales y dulzones”, sólo se le apuesta a una violencia mayor.
Después de la marcha de la semana pasada, en la que grupos de mujeres protestaron en la Ciudad de México contra los feminicidios y la actuación del gobierno local, porque no ha solicitado emitir la alerta de violencia de género y no ha resuelto los casos que se han presentado, la Iglesia católica calificó como “expresiones retóricas” la posición de la autoridad local al advertir que no se van a criminalizar las manifestaciones sociales.
Pidió actuar para garantizar la paz y que se respeten los derechos y la seguridad de todos: “Expresiones retóricas tan fáciles y tan oficiales como: ‘No criminalizaremos la protesta’ pueden ser apenas la punta de un iceberg de dimensiones riesgosas al que a veces parece que nos hemos acostumbrado (...) Actuar no es sinónimo de reprimir. Actuar como autoridad democrática es garantizar la paz, defender los derechos y la seguridad. Lo otro es una omisión hipócrita de responsabilidades elementales”.
Llamó a ver más allá de “la contradicción que implica un desenlace vandálico en una marcha que se convoca para denunciar la violencia de género”, al señalar que ciudadanos y autoridades deben buscar resolver “la violencia generalizada en sus expresiones más sensibles”.