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Las Vegas, Nevada.— Ya no hay ninguna duda de que el septuagenario senador autoproclamado socialista Bernie Sanders es el principal favorito para hacerse con la nominación del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales del mes de noviembre y ser el elegido para luchar contra Donald Trump y tratar de arrebatarle la Casa Blanca.
Sanders cumplió los pronósticos y, con los resultados preliminares al cierre de esta edición, no había ninguna duda que iba a ganar los caucus de Nevada, cimentando su fortaleza en la carrera demócrata.
“Creo que Bernie Sanders va a triunfar. El entusiasmo lo favorece”, auguraba a primera hora de la mañana del sábado para EL UNIVERSAL el congresista Jesús Chuy García, originario de Durango.
Acertó: nadie pudo con un senador totalmente en racha, indiscutible en su triunfo en Nevada, tanto que todos los medios le dieron por ganador cuando todavía no se habían recontado ni 4% de los recintos electorales. Las proyecciones apuntaban a más de un 40% de apoyo en todo el estado.
Tras el empate técnico todavía no resuelto de Iowa y la victoria en New Hampshire, Sanders parece imparable tras el triunfo del sábado.
“Ninguna campaña tiene un movimiento de base como nosotros”, dijo el senador desde San Antonio (Texas). Conseguirá la gran mayoría de los 36 delegados en juego en Nevada, disparándose en el conteo y dando un golpe sobre la mesa justo antes de dos citas clave: Carolina del Sur en una semana, y el Supermartes el 3 de marzo.
Es relativamente fácil entender el triunfo de Sanders. “Hemos conseguido una coalición multigeneracional y multirracial que va a barrer este país”, recordó.
Según las encuestas a pie de urna, la coalición de menores de 45 años (56%) y latinos (53%) son la clave de su éxito.
Estos últimos fueron fundamentales en Nevada. “Su plataforma conecta muy directamente con las realidades de los latinos en Estados Unidos”, apuntaba el congresista García en uno de los pasillos del hotel-casino Bellagio, donde se habilitó un recinto para que los trabajadores pudieran participar de la jornada sin miedo a perder empleo o sueldo.
Para llegar a la sala de conferencias donde se celebró la votación había que sortear la fastuosa opulencia de un Bellagio famoso por su espectáculo de fuentes luminosas.
Desde la entrada del hotel al salón había que dejar atrás tiendas de lujo, 70 mesas de póquer y blackjack, 15 juegos de ruleta, más de 650 máquinas tragamonedas, una decena de restaurantes, una óptica, tres tiendas de ropa y hasta un museo de arte. Todos los participantes del caucus (123) llegaron vestidos con el uniforme del Bellagio y muchos de ellos con el almuerzo bajo el brazo. A pesar de que su sindicato, la Culinaria, había decidido no apoyar a ningún candidato a pesar de arrimarse al exvicepresidente Joe Biden, no hubo discusión de quién era el vencedor: más de 61% apoyó a Sanders.
“Tiene muy buenas posibilidades de ser el nominado del partido demócrata y el siguiente presidente de Estados Unidos”, concluyó el congresista García, insistente en el poder de los latinos en este ciclo electoral.
El buen desempeño de Sanders en un estado como Nevada, donde 30% de la población es latina, le da alas para encarar con toda la confianza los estados más jugosos del Supermartes: Texas y California.
Para muchos analistas, el senador septuagenario va camino a una nominación casi segura, amasando una enorme cantidad de delegados en un tiempo récord, algo inesperado hasta hace unas semanas.
A mucha distancia quedó el exvicepresidente Joe Biden, quien salió a hablar con sus seguidores cuando todavía no había ningún tipo de resultado, pero felicitándose por lo que creía que iba a ser un sólido segundo puesto.
“Los medios nos dan por muertos muy rápido”, criticó el exvicepresidente, aupado por unos fanáticos que creen en la remontada de una campaña que hasta ahora se encaminaba a un fracaso espantoso y que con la llegada de estados con diversidad racial pueden recuperar el terreno perdido.
“Vamos a regresar. La remontada empieza esta noche”, tuiteó su jefe de campaña.
Justo en el momento de decir estas frases, los medios estadounidenses anunciaban la victoria inapelable de Sanders.
Sólo Biden y el joven Pete Buttigieg hicieron una breve aparición en Nevada antes de partir hacia otros estados; el resto decidió seguir el escrutinio lejos de Las Vegas.
Todos se movieron inmediatamente a las siguientes paradas del proceso de primarias: primero Carolina del Sur, donde el voto afroamericano tomará importancia, y después el esperado Supermartes, donde se repartirán más de un tercio de los delegados en juego en toda la contienda.