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Si las dirigencias de Va por México (PAN, PRI y PRD) definen un método a modo con el aval sólo de unas organizaciones civiles afines o satélites, caería en una simulación que deslegitimaría al abanderado a 2024, alertaron politólogos y especialistas.
En entrevista con EL UNIVERSAL, refirieron que sería un error que el interés de Va por México y el de organizaciones que se dicen civiles sea sólo repartirse los pocos cargos públicos que puedan arrebatar al régimen y no beneficiar a la ciudadanía.
“Las organizaciones civiles y las ciudadanía son diferentes. Si entendemos que dentro de este proceso los partidos políticos deberían escuchar a la ciudadanía, no lo están haciendo porque estas organizaciones que nacieron no son más que grupos para impulsar algunos perfiles hacia candidaturas o pepenar plurinominales”, explicó el analista político Fernando Dworak.
Indicó que la lucha que vemos es para la inclusión de estas organizaciones en el proceso de selección de candidaturas, pero esas organizaciones no representan al esquema de ciudadanos indecisos que no se sienten escuchados en alguno de los extremos y, en el mejor de los casos, sólo buscan posibilidades de acomodo para sus miembros, ese es el juego.
El maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull apuntó que la base de este argumento tiene como origen el hecho de que la oposición, desde su cúpula hasta dichas organizaciones, no apostó en este tiempo por volver a acercarse a la gente para ganar la confianza perdida o por reposicionar un discurso alternativo al oficialista.
En cambio, sólo han reaccionando ante la retórica del régimen sin la intención de resignificar la función pública desde los espacios que conservan.
El especialista en problemas de democracia, Alberto Aziz Nassif, puntualizó que si los partidos de oposición tratan de simular el método de elección de candidato eso irá en contra de su misma legitimación y deben ser cuidadosos en que sea genuino que realmente estén abiertos a estas nuevas formas.
Manifestó que la acción de los partidos políticos de poner por delante a los perfiles de estas organizaciones sociales para acercarse a la ciudadanía únicamente desencadenó en el dilema de cómo seleccionar sus candidaturas rumbo a la elección presidencial.
“Ante una situación extraordinaria tienen que proponer métodos extraordinarios, si logran hacer una elección primaria, porque se están viendo obligados y les sale bien, eso les dará competitividad”, planteó.
Alberto Aziz Nassif subrayó que es más importante que los dirigentes de partidos y las organizaciones de la sociedad civil generen un efecto positivo en la cercanía con la gente en lugar de preocuparse por posicionar el método de elección de candidatura, pues a la fecha no hay una que resulte atractiva.
En tanto, Édgar Ortiz Arellano, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincidió en que los movimientos de estas organizaciones civiles obedecen a intereses partidistas sin miras a favor de los mexicanos, pues su capacidad de atracción de voto beneficia poco al umbral que se necesita para alcanzar la Presidencia.
“Medir cuántos votos efectivos aportan al partido es incierto, pero en términos generales es poco, por lo que estas alianzas, apoyos o convenios, son para obtener otro tipo de puestos.
“Si los partidos políticos o estas agrupaciones desean realmente adquirir representatividad en otros sectores deben mirar a la ciudadanía, más que apuntarle a estas organizaciones y convencerla de que su proyecto es interesante, hacer contrapeso al actual gobierno y volverse una opción atractiva”, detalló.
El doctor en Gestión Estratégica y Políticas del Desarrollo por la Universidad Anáhuac explicó que cualquier movimiento que hagan los partidos políticos mediante estos grupos es insuficiente, pues en los últimos años la oposición se ha desdibujado del mapa al no concretar un proyecto que fortalezca su credibilidad.
