Los 44 mil 800 miembros que la DEA estima tienen en conjunto los cárteles De Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) en más de 100 países equivalen a la fuerza operativa de la Marina, y a casi la mitad de la del Ejército.
Cifras del último informe desglosado del gabinete de seguridad, de mayo pasado, refieren que la Secretaría de Marina (Semar) cuenta con más de 46 mil 306 elementos operativos, mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene alrededor de 100 mil.
Si se compara con los 113 mil 409 guardias nacionales desplegados en el país, la cantidad de integrantes de los dos grupos criminales más importantes en México apenas representa una tercera parte.
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La directora de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Anne Milgram, reveló el jueves que el Cártel de Sinaloa está integrado por alrededor de 26 mil miembros y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por 18 mil 800, entre líderes, socios, operadores y afiliados que facilitan sus operaciones de trasiego de drogas a nivel nacional e internacional.
Para el fundador de AC Consultores, empresa especializada en seguridad, Alberto Capella Ibarra, el reclutamiento o el nivel de colaboradores en ambos cárteles puede ser mayor, porque habría que considerar a las empresas que les lavan el dinero y un elemento adicional: su base social y política.
“Consideramos que son válidos los datos [de la DEA], inclusive en el análisis que hicimos el reclutamiento o el nivel de colaboradores puede ser mayor, ya que habría que considerar a las empresas donde se está lavando el dinero y que tienen relación indirecta con estas organizaciones, pero en el momento que quieran que realicen alguna actividad mayor, pues están obligados a hacerlo”, refirió.
Incluso, el exsecretario de Seguridad Pública en Tijuana, Morelos y Quintana Roo, fue más allá al señalar que en los análisis realizados por AC Consultores, hace 15 años por lo menos medio millón de mexicanos se dedicaban a actividades ilícitas alineados a diversas organizaciones criminales. “Yo estoy seguro que ese porcentaje ha crecido tres veces en los últimos años, por lo que debe ser dimensionalmente mayor el número de integrantes”, dijo.
El exmando policiaco explicó que estos grupos funcionan como una empresa, con proveedores de drogas, los que las transportan, distribuidores, recaudadores de dinero, el lavado de activos y la protección de toda la cadena de suministro por medio de sicarios y células de choque con rivales.
“La cadena tiene que ver con el traslado, el suministro, la venta directa, los grupos de protección denominados sicarios, los de confrontación con otras organizaciones criminales, y hay otro elemento adicional, que lo hemos visto en la zona de Guerrero, que seguramente existe en muchos lugares, que son los operadores de carácter social, que en el momento que suceda alguna circunstancia en contra de los liderazgos de estas organizaciones, hay movilizaciones de carácter social, hay que ver quiénes son los operadores en esas áreas, seguramente se pueden contar por centenares”, expuso.
En entrevista, Capella Ibarra agregó que en México se concentra la base operativa y administrativa de los cárteles De Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, que controla las operaciones nacionales e internacionales, que les han redituado en una gran capacidad económica.
“Estas dos organizaciones tienen un reclutamiento muy importante, pero no podemos descuidar al Cártel del Noreste ni a Los Golfos ni a Los Zetas, que cuentan con fuerzas operativas importantes a nivel nacional”.
En mayo de 2022, el excomisionado de la extinta Policía Federal Manelich Castilla afirmó que desde el año 2000 el crimen organizado transnacional es reconocido como una amenaza global, por lo que desde entonces se ha tratado de diseccionar las estructuras criminales que no sólo han dañado a México, sino a otros países.
“Se les ha estado tratando de identificar, porque el crimen organizado se ha aprovechado de su anonimato y es loable cualquier esfuerzo por saber quiénes, cómo se mueven y lo importante es que se hable de estructuras del crimen organizado a nivel mundial y cómo hacerle frente a estas estructuras nocivas más allá del número que puedan ser”, refirió.
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De acuerdo con la DEA, el Cártel de Sinaloa, liderado por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, tiene presencia en 19 de los 32 estados del país, y controla la actividad del narcotráfico en varias regiones, sobre todo a lo largo de la costa del Pacífico, donde concentra la mayor parte de los narcolaboratorios para la elaboración de drogas sintéticas como el fentanilo y las metanfetaminas; distribuye al por mayor cantidades de fentanilo, metanfetamina, heroína y cocaína en Estados Unidos.
El Cártel Jalisco Nueva Generación, encabezado por Nemesio Oseguera, El Mencho, opera en 21 estados y mantiene centros de distribución de drogas ilícitas en las ciudades estadounidenses de Los Ángeles, Seattle, Charlotte, Chicago y Atlanta.