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pedrovillaycana@eluniversal.com.mx
A 20 años de la matanza de Acteal, la situación de violencia en México no sólo se mantiene igual, sino que ha empeorado, y se podrían dar más hechos como el ocurrido en esa población de Chiapas el 22 de diciembre de 1997, afirmó Raúl Vera, obispo de Saltillo, Coahuila, y ex obispo coadjutor de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el religioso consideró que, a dos décadas, los acontecimientos de Acteal de 1997 representan también el ícono de la impunidad del Estado mexicanos sobre las poblaciones más marginadas del país.
“No ha cambiado la situación ni en Chenalhó, ni en México, de como estaba en 1997 a la fecha. Hoy está muchas veces más activada la violencia que en aquel tiempo, debido a que en esa época estaba muy circunscrita en el estado de Chiapas y ahora es en todo México. A 20 años, el país está en una situación peor, porque lo que pasó en Chiapas sigue pasando ahí y en otras modalidades por todo México”, comentó el prelado.
El 22 de diciembre de 1997, en Acteal, poblado de Chenalhó, Chiapas, 45 personas, entre ellas cinco embarazadas y 20 menores de edad, fueron asesinadas por cerca de 90 personas identificadas como paramilitares.
Raúl Vera recuerda que cuando se enteró de la noticia sintió mucha tristeza e indignación porque tanto él como Samuel Ruiz, obispo también de esa diócesis, “veníamos denunciando todo lo que estaba pasando en Chiapas. Todo lo denunciamos y el gobierno, en lugar de parar, lo seguía multiplicando. Antes de Acteal hubo 23 hechos de sangre en esa misma zona.
“Acteal representa el culmen de una de serie de ataques a la población civil de Chiapas por medio de grupos paramilitares sostenidos por el Estado mexicano donde no solamente fue la masacre de Acteal, fueron asesinatos y desplazamientos en la zona norte de Chiapas y en la zona de los Altos, en Chenalhó y sus alrededores”, agregó.
El obispo de Saltillo lamenta que Acteal sólo sea un acontecimiento en la larga lista, afirma, de agravios que han ocurrido en el país desde 1997, “ahora se suma lo que ocurrió en Ayotzinapa, en Tlatlaya, Apatzingán, Nochixtlán”.
Alertó que con la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Interior se puedan dar más casos como los ocurridos hace 20 años en los Altos de Chiapas, y señaló que “estas tragedias no van a tener fin si se aprueba esta ley”.
Comentó que un ejemplo de que las condiciones de violencia y desplazamiento no han cambiado es el reciente conflicto que se vive entre las comunidades de Chenalhó y Chalchihután por la disputa de tierras, que ha derivado en la muerte de personas y el desplazamiento forzado de casi 5 mil habitantes.
“Ahí están Chenalhó y Chalchihután, ahí están de nuevo utilizando los mismos métodos que se usaron en estos años en Chiapas. Ahora hay grupos paramilitares... Estamos temerosos que vuelva a ver el mismo Acteal en Chalchihuitán”, señaló.