Más Información
Detienen a más de 50 policías municipales en Chiapas; son acusados de vínculos con el crimen organizado
Llega Navidad para choferes y repartidores; publican en el DOF decreto para derecho a seguro médico, indemnización y utilidades
Esto es lo que sabemos sobre la huelga de trabajadores de Starbucks en EU; estas son las condiciones por las que luchan
justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Nancy Alondra Polanco forma parte de una de las tres generaciones en su familia que está en el Centro Femenil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla.
Su mamá, su hermana y su hijo permanecen en el penal junto con ella, quien ha cumplido 14 años de los 33 a los que fue sentenciada por el delito de secuestro.
Polanco fue una de las mujeres que celebró el Día de las Madres con la música que interpretó la Orquesta Sínfónica del Estado de México (OSEM), en un evento organizado por Reinserta A.C. que el miércoles pasado lanzó la campaña Niños Invisibles, para crear conciencia de la situación de los menores de edad que están en las cárceles con sus mamás.
Mesas de concreto con bancos color verde agua fueron las butacas de aproximadamente 300 reclusas que asistieron, quienes se reunieron en la zona de visita familiar.
Lee también La justicia como moneda de cambio
Las que llegaron temprano pudieron ocupar los mejores lugares, frente al escenario que en el fondo tiene pinturas que recrean una puesta de sol en la playa, escucharon Las Mañanitas, así como piezas de Mozart y Vivaldi, entre otras.
Las mil 254 mujeres que están internas en esta cárcel de mediana seguridad se diferencian por el color de su vestimenta, las que usan ropa azul cumplen una sentencia, mientras que las de beige aún son procesadas.
Nancy viste de azul. Camina sonriente con su hijo de casi cuatro años de la mano. Para ella poder tenerlo “a pesar de las circunstancias es una bendición”. Afirma que él la llena de vida y su mamá “le echa la mano para cuidarlo”, igual que su pareja, quien también está preso en otro penal.
“A veces la gente se pregunta: ‘¿Por qué tener un hijo en este lugar?’, pero es mi principal motor para pensar en cambiar y tener una perspectiva diferente de la vida”, asegura con optimismo, pese a que le quedan 19 años de condena.
Lee también Mi vida como sicario
Para ella el penal de Santa Martha es como “una ciudad pequeña”, y poder tener a su hijo junto a ella es una oportunidad muy grande. Comenta que con las nuevas instalaciones del Cendi su niño recibe educación, porque “es una escuela que cubre todos los requisitos de la SEP”.
Después de haber escuchado a la orquesta tocar, Polanco comenta: con ella me pude “transportar a la libertad”.