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Ciudad de México.- Franco Coppola, nuncio apostólico en México, llamó a la clase política del país a actuar en beneficio de la población y crear condiciones para un futuro digno y justo, invitó a evitar vicios que distorsionan el objetivo de las instituciones y que restan credibilidad en las autoridades.
“La política si se lleva a cabo de manera correcta y promueve la libertad y dignidad puede convertirse en una forma eminente de caridad, su desafío es servir al pueblo y protegerlo además de crear un mejor futuro, pero hay que evitar los vicios que restan credibilidad a la autoridad y a las decisiones de personas que se dedican a la política, estos vicios son la vergüenza de la vida pública y ponen en peligro paz social”.
Al oficiar la misa de doce en la Basílica de Guadalupe,
Fr anco Coppola enfatizó en que la corrupción, la negación de derechos, el enriquecimiento ilícito, el uso de la fuerza, perpetuarse en el poder, la xenofobia y racismo son algunos de los vicios de los que debe prescindir la política mexicana.
“Cuando el ejercicio del poder político apoya a grupos privilegiados el futuro está en peligro, los jóvenes pueden sentirse tentados por la desconfianza, sin posibilidad de participar en un proyecto para el futuro. Sabemos que la búsqueda de poder a cualquier precio lleva al abuso e injusticia y la política es fundamental para edificar una ciudadanía pero cuando los políticos no la viven como servicio puede convertirse en un instrumento de opresión marginación y destrucción”.
Agregó que debe existir un trabajo conjunto entre autoridades y sociedad para alcanzar la paz.
“Nosotros debemos confiar y ayudar, trabajar juntos por el bien común porque así la política favorecerá la paz al reconocer los carismas y virtudes de cada persona”.
Al dedicar el primer día del año a una jornada de paz, cómo se ha hecho desde hace cincuenta años,
e l prelado afirmó que ahora más que nunca el país necesita artesanos de paz que busquen el bien y la felicidad de la familia humana.
“La paz es fruto de un gran proyecto que se funda en la reciprocidad de los seres humanos pero también es un desafío que debe ser acogido día tras día, se requiere la conversión del alma y del corazón”.