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D os trompos de carne al pastor fueron suficientes para que la taquería La Reina de Todos regalara 15 mil tacos repartidos en órdenes de cinco a los peregrinos que llegaban o partían de la Basílica de Guadalupe.
“¡Pásele, sí hay! ¡Fórmense y los atendemos! ¿Llevan piña, salsa y verdura?”, gritaban los taqueros que trabajan en una sucursal ubicada cerca del metro Apatlaco, pero que cada 12 de diciembre llegan a La Villa para agradecer a la Morenita del Tepeyac.
Sobre la Calzada de Guadalupe, a 200 metros de la entrada principal de la Basílica, se colocaron los trompos y un par de mesas en donde los comensales podían surtirse de limón, sal, salsa y servilletas.
La fila era larga, más de 100 personas esperaban recibir su plato con los tacos y cenar antes de partir de vuelta a sus hogares.
Tal fue el caso de Cruz Martínez, de 19 años, quien después de cantarle Las mañanitas a su “madrecita santa” tenía que regresar a su natal Tlaxcala y reincorporarse a su trabajo como albañil.
Él llegó caminando al recinto religioso acompañado por 10 vecinos. Su regreso no será a pie, una camioneta tipo van los conducirá a su pueblo.
A la espera también estaban dos policías que formaban parte del operativo Amigo Peregrino, quienes aseguraron que aunque no anduvieron a pie o en bicicleta su devoción por la Santa Patrona es mucha, puesto que ella los cuida y protege de las adversidades que representa su trabajo.
Los trompos de pastor estaban robustos. Aunque Juan y su compañero Luis cortaban la carne, parecía que ésta no se acababa. Los empleados de La Reina de Todos dijeron que podían estar en la calzada hasta las cinco de la mañana; “es como cuando Jesús multiplicó el pan y el vino, los tacos alcanzan para mucha gente porque los damos con gusto y fe”, decían.
Los taqueros gritan con emoción y rebanan los trompos con una gran sonrisa, porque darles de comer a los peregrinos es una forma de darle gracias a la Guadalupana por todo lo que ha hecho por sus seres queridos.