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Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, hizo un llamado a recuperar a la familia para que vuelva a ser sólida, digna, pensar en el bienestar hacia los demás y expresar amor hacia Dios, puesto que sólo así se podrá reconstruir y fortalecer el tejido social de la nación.
“Si vamos recuperando a la familia y si recuperamos a la sociedad a través de nuestro testimonio, expresando nuestro interés por el otro, independientemente de su conducta y de lo que piense, volveremos a reconstruir y a fortalecer nuestro tejido social para que nuestro pueblo experimente que es el pueblo elegido por Dios, al que mandó a María de Guadalupe, para hacerlo uno y para dar testimonio al mundo”.
Al presidir la homilía dedicada a la Santísima Trinidad desde la catedral de Tlalnepantla, el cardenal pidió a los católicos reunidos en el recinto a tomar conciencia de su vocación: “Estamos llamados a ser como Dios: expresión del amor gratuito; estamos llamados a dar testimonio de que Dios vive a través de nosotros cuando amamos de esta manera”.
Enfatizó en que el país necesita reconstruir su tejido social porque la familia está en crisis y la Iglesia necesita replantearse sus maneras de evangelizar, dado que se viven contextos socioculturales conducidos por ideologías que buscan más la aplicación de las mismas que el bien del ser humano.
“Lo que nos tiene que mover siempre es buscar el bien del prójimo, y no simplemente aplicar lo que conceptualmente entendemos por una ideología. Nuestra conducta (...) debe ser expresión del amor, por eso la importancia de aprender a elegir entre el bien y el mal”.
Aseguró que el matrimonio es “la cuna del amor y la primera coordenada para lograr una comunidad de discípulos: “Por eso, desde la gestión del papa Juan Pablo II, le llamamos a la familia ‘Iglesia doméstica’”.
Para reconstruir el tejido social, dijo que también se requiere de la Iglesia, la cual está llamada a expresar amor gratuito: “El que sigue a Jesús aprende a corresponder al amor de Dios padre, confiar en él, esperar en él y, sobre todo, para ser libres. Estamos llamando a la libertad, no a la esclavitud, pero la libertad la tenemos que entender”.
A su vez, desde Monterrey, el arzobispo Rogelio Cabrera López invitó a la feligresía, parroquias y casas de religiosos a realizar acciones que procuren el bien y la paz rezando “especialmente en la eucaristía diaria y en los demás momentos de oración para que se acreciente la unidad en México y que cumpliendo con nuestros deberes ciudadanos, busquemos que el anhelo de Cristo se haga vida en nuestra nación mexicana”.
Invitó a los jóvenes para que el próximo domingo participen en la novena Marcha por la Paz que organiza la Pastoral Universitaria de la Arquidiócesis, partiendo de la catedral rumbo al asta bandera en el obispado.
“Agradezco a todos los jóvenes de las diversas zonas pastorales el que me hayan recibido y hayan manifestado interés en los mensajes que les entrego. Ayer estuve en la zona de los decanatos que están en la línea del Metro. Me pidieron que les acompañara en metro para que conviviéramos un rato, les agradezco a ellos su bondad, su amabilidad y su cariño. Nuestra arquidiócesis quiere estar siempre cerca de ellos y colaborar para que sean mejores cristianos y con mayores oportunidades para ser buenos ciudadanos”.