La creación de las tres diócesis de Azcapotzalco, Xochimilco e Iztapalapa servirá para que “los obispos estén más cerca de sus presbiterios y parroquias, para que haya una mejor organización del servicio pastoral”, afirmó la Arquidiócesis Primada de México .
El editorial del semanario religioso Desde la Fe justificó que la división obedece a dos motivos: el primero, el crecimiento poblacional en un territorio, “de tal forma que para ser mejor atendida la comunidad por el obispo, debe reducir su espacio”.
El segundo, a que un obispo es “sucesor de los apóstoles”, hecho remarcado por el Concilio Vaticano II, de tal forma que no debería haber, en lo posible, una sujeción de un obispo hacia otro, porque ambos participan del mismo ministerio apostólico”.
La iglesia católica mencionó que la Arquidiócesis de México, fundada en el siglo XVI, tenía un territorio tan grande que abarcaba gran parte del país y un poco de Centroamérica. “Fue en 1950, al fundarse la Diócesis de Toluca, cuando se desprendió una gran parte del Estado de México, y en 1960, al fundarse la Diócesis de Texcoco, quedó únicamente como la Ciudad de México”.
La Arquidiócesis que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes resaltó que el desafío de la iglesia en las grandes megalópolis es cómo atenderlas mejor desde el punto de vista pastoral.
“Este era el proyecto para la Arquidiócesis de México desde 1988 con el cardenal Ernesto Corripio, y renovado en 1995 con la llegada del cardenal Norberto Rivera, aunque en ese momento se optó por otro modelo que, sin duda, produjo muchos frutos”, destacó el artículo.
El editorial concluyó que los fieles laicos, los religiosas, diáconos y presbíteros, “todos en unidad y comunión con el obispo diocesano formamos la única Iglesia local, que es signo y realización concreta de la Iglesia universal”.
Piden en basílica por gobernantes
Al presidir la misa dominical en la Basílica de Guadalupe , el sacerdote Arturo Jiménez González pidió a los católicos elevar una súplica dedicada a los gobernantes de todo el mundo “con la finalidad de que se alcance en todas las naciones la paz, el desarrollo, progreso y libertad religiosa”.
El párroco también pidió porque todos aquellos países que viven en guerra, “vean alejarse de sus pueblos la crueldad, violencia, destrucción y las lágrimas” y por alcanzar un “México más justo, reconciliado y en paz”.
En sustitución del arzobispo de México, Carlos Aguiar Retes, quien se encuentra en el Vaticano, el religioso llamó a los fieles a aumentar su fe y a no quedarse callados ante la injusticia y el dolor inocente.
“Cuando aumentamos nuestra fe, el pueblo pasa de ser un lugar oprimido a uno libre, cuando en lugar de callarse se habla, cuestiona, protesta, se lamenta contra la violencia, el dolor inocente, la injusticia que aflige el país, un país donde no hay ley es cuando recibimos respuesta y sabemos que el justo vivirá por su fe”.
En el templo Mariano, Jiménez González recordó que la fe es un compromiso y que no se deben poner pretextos para orar en beneficio de los más cercanos, de la comunidad, del país y de todos los habitantes del mundo.
“La fe debe entregarse sin reservas, a veces solemos decir que no tenemos tiempo, a ver si me sobra espacio, la fe es sin regateos de horarios, es el sacrificio, es el esfuerzo, Jesús dice, siervos útiles, y siervos inútiles no quiere decir siervos ineptos o que no sirven o no están buenos para nada, sino que su misión es servir, eso debemos hacer con la fe”.
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