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Aquellas que solían viajar desde ciudades como Guadalajara, Monterrey, Tijuana y Veracruz, donde la interrupción voluntaria del embarazo no es legal, también dejaron de ir a la clínica de la Fundación Naiset hasta en 50%, según Judith Garcés, directora y fundadora de la institución.
Debido a la falta de transporte y al miedo de salir a la calle, la fundación registró que las mujeres que interrumpieron su embarazo lo hicieron con hasta 10 semanas de gestación, cuando normalmente las solicitudes de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) eran de mujeres con entre cinco y ocho semanas. La legislación de la Ciudad permite los abortos hasta la semana 12.
“Consideramos que en el futuro tendremos, como ya sucede, mujeres que acudan con más semanas de gestación de las que normalmente atendemos, y en algunos casos, con semanas fuera del límite legal”, explicó Garcés, quien aclaró que por disposición legal no practican abortos fuera del periodo permitido, a menos de que la vida de la mujer esté en riesgo.
Además, durante la pandemia han negado servicios a mujeres que presentan una temperatura mayor a 37 grados: “Las remitimos a hospitales Covid y les recomendamos que se realicen la prueba de detección del virus”, añadió.
En la clínica Profem, ubicada en la colonia Doctores y dedicada también a la interrupción del embarazo, las mujeres dejaron de ir durante el confinamiento hasta en 20%.
“Las pacientes refieren que han tenido problemas para venir. No hay vuelos o los hay con horarios restringidos. En coche no hay corridas o rentaron carros, pero las multaron por el Hoy No Circula”, dijo Luisa García, directora de la clínica cuyo consultorio ha estado cerrado, debido a la cuarentena provocada por el coronavirus.
Pese a la disminución de la ILE, García añadió que las solicitudes de información vía telefónica sobre el procedimiento aumentaron 20%. “Con el encierro no tienen mucho acceso a anticonceptivos y condones, y dada la situación económica que se viene, habrá incremento de embarazos no deseados”, dijo.
Marie Stopes, otra de las clínicas que realiza ILE, aseguró que entre abril y mayo del presente año se redujeron en 6% los abortos para mujeres provenientes de otras ciudades del país. Debido a la pandemia cerraron tres de las nueve clínicas que tienen en la Ciudad para evitar concentraciones.
Una de ellas está ubicada en el Centro Histórico y dos más en centros comerciales del área del Toreo, en Cuatro Caminos, y Aragón.
La institución aseguró que las importaciones de medicamentos están detenidas: “Si no se liberan pronto podríamos tener escasez de misoprostol y mifepristona”, dijo Teresa Herrera, responsable de comunicación y relaciones públicas de Marie Stopes México, en referencia a los dos medicamentos que se utilizan para practicar abortos de forma legal.
“Regreso a los 70”
Las implicaciones a profundidad que tienen en la sociedad los abortos no practicados y la falta de acceso a los anticonceptivos como consecuencia de la cuarentena global están siendo estudiadas por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
En América Latina una de las estimaciones es que los derechos reproductivos de las mujeres están retrocediendo 40 años, debido a la pandemia del Covid-19, así lo consideró Federico Tobar, asesor regional para América Latina y El Caribe en aseguramiento de insumos de salud reproductiva.
Puesto que 56% de las mujeres latinoamericanas consiguen anticonceptivos en el sector público y después de hacer una medición de cada país; cuestionar a las autoridades de salud sobre el acceso a los anticonceptivos, condones y las pastillas del día siguiente —y su abastecimiento para los siguientes meses durante la pandemia—, concluyeron que en la región hay 17.2 millones de mujeres que están teniendo problemas de acceso a los anticonceptivos por la crisis sanitaria.
“América Latina siempre fue considerada una región avanzada, que tenía pocas necesidades insatisfechas, [pero] 10% de las mujeres que quieren usar métodos no pueden hacerlo. Eso representa 19 millones 200 mil, si le sumas las 17 millones que ahora se agregan, significa que las necesidades insatisfechas aumentan 86%, no retrocedemos meses o años en planificación familiar, sino que llegamos a niveles de acceso similares a los de la década de 1970”, explicó Tobar.
En México, de las 18 millones 375 mil 500 mujeres que utilizan métodos anticonceptivos modernos, hay 869 mil 880 que están dejando de protegerse.
Para llegar a estos datos analizaron que, debido al Covid-19, pausaron actividades las principales fábricas de estos medicamentos, ubicadas en China e India, así como los sistemas de transportación, vuelos y puertos marítimos, y que algunas mujeres no están percibiendo los mismos ingresos económicos y eso afecta desde su traslado en transporte público o privado, hasta quienes ya no pueden adquirir anticonceptivos en farmacias.
A lo anterior se suma el miedo que tienen de ingresar a un hospital por temor a contagiarse de coronavirus. Sumaron también una investigación hecha en 2019 por la misma división que analizó 12 países de la región, más una serie de cinco años de ventas de anticonceptivos en farmacias.
De los 17.2 millones de mujeres sin acceso a métodos anticonceptivos en Latinoamérica y el Caribe, según los cálculos del especialista, habrá 2 millones 200 mil embarazos no intencionales a raíz del Covid-19, un millón 28 mil abortos que se hubieran evitado de haber continuado con la planificación familiar, 3 mil 900 muertes maternas y 51 mil 400 muertes neonatales.
Al comparar estos estudios con el informe global publicado a finales de abril pasado por la UNFPA, titulado Repercusión de la pandemia de Covid-19 en la planificación familiar, la eliminación de la violencia de género, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil, en el que se afirma que tras seis meses de confinamiento e interrupciones graves del servicio de planificación familiar en el mundo habrá 7 millones de embarazos no planeados, se concluyó que por cada 10 mujeres afectadas por el coronavirus en términos de necesidades de salud reproductiva, cuatro viven en América Latina.