Por dificultades económicas derivadas de la pandemia, de 2020 a la fecha se duplicó el número de trabajadoras sexuales, según la organización Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, pues sólo en la Ciudad de México, del censo que realizó, la cifra en las calles aumentó de 7 mil 500 a 15 mil 200, y en internet también se presentó un incremento de anunciantes y de páginas y grupos en los que se ofertan servicios sexuales.
“La economía no está bien como presumen, cada vez hay más mujeres desempleadas y eso las ha llevado a ver como alternativa el trabajo sexual, que sigue siendo un problema de género, pues 75% son mujeres y las demás pertenecen a la comunidad trans, un mínimo porcentaje son hombres.
Un ejemplo es Dulce Hernández, quien fue despedida de una tienda de abarrotes porque los propietarios ya no podían costear su sueldo.
“Estábamos solas. Nadie toca la puerta y te apoya con una despensa, pero cuando tú buscas tus soluciones y empiezas a entrar en este medio es cuando la gente más te señala.
“¿Por qué las guarderías abren a las 8:00 horas y cierran a las 16:00 horas, cuando uno trabaja 12 horas? Tal vez ese fue uno de los principales pretextos por los que empecé en este trabajo”, señala Dulce.
“Yo pongo uñas y pensé que mi momento había llegado, pero llegué a una casa de masajes eróticos donde sólo me daban 65% de cada trabajo que hacía y pensé que si me iban a prostituir, podía prostituirme sola”, agrega.
Antes de recurrir al trabajo sexual, Dulce, de los 15 a los 19 años, fue mesera, cajera y ayudante en una tienda de abarrotes.
“La tasa de participación femenina disminuyó de 51.4%, en 2019, a 46.9%, en 2020, y esta reducción en la tasa de participación femenina la ubica en niveles similares a los de 2002”, señala el informe de la CEPAL.
“Ya sé que podría estar vendiendo tamales o haciendo cualquier cosa, como esas sugerencias que siempre sobran.
“Yo quiero estudiar. Yo me quiero superar y para eso no quiero privarme ni privar a mi hija de más cosas”, asegura.
Dulce comenzó a anunciarse en páginas de escorts para ofrecer servicios sexuales; además, utiliza redes sociales como Twitter, Instagram, Telegram y TikTok, para vender contenido erótico que le llega a sus suscriptores después de una transferencia.
La Brigada Callejera y las trabajadoras sexuales refieren que hay más sitios activos y que cada vez hay más mujeres que publican servicios íntimos o venden contenido erótico.
Mileroticos es el sitio en el que Dulce paga una pequeña cantidad por posicionar su anuncio entre las principales páginas.
El portal opera desde 2012 y es uno de los principales en publicitar servicios sexuales. Cuenta con 60 mil 660 anuncios con fotos verificadas y 3 mil 386 perfiles con video.
En abril de 2018, el sitio ZonaDivas cerró y quienes anunciaban escorts estuvieron en la mira tras diversas investigaciones contra el delito de trata de personas y lavado de dinero, pero en mayo del mismo año surgió AngelesMex, y en junio, los mismos administradores de estos portales crearon LaBoutiqueVip. Para finales de ese año, quienes manejaban el extinto sitio ya se habían encargado de reenviar correos a sus anunciantes para darles a conocer la nueva versión.
De divas pasaron a ser nombradas joyas. “Una boutique donde encuentras lo más selecto”, dice la página.
En abril de 2019, en Playa del Carmen, fue detenido el creador de ZonaDivas y LaBoutiqueVIP, Ignacio Antonio Santoyo Cervantes, alias Sony.
Los rostros que aparecían en ZonaDivas son los que ahora se anuncian en estos sitios. A ellas se suman otras mujeres que recién incursionan en el trabajo sexual en el país.
“Hay muchas opciones en el medio para ganar dinero, pero también te arriesgas mucho, está lo económico pero una mala situación se puede tornar horrible. Este trabajo está muy romantizado”, narra Dulce.
La Red Mundial de Proyectos de Trabajo Sexual (NSWP, por sus siglas en inglés) colabora a nivel global con diferentes organizaciones relacionadas con la defensa de derechos y libertades de quienes ejercen esta actividad.
El Movimiento de Trabajo Sexual en México (MOTRASEX), bajo la dirección de Lola Deja-vu Delgadillo Vargas, forma parte de la NSWP y señala que es difícil saber el número exacto de trabajadores sexuales, dado que es una población que está constantemente en movimiento buscando un ingreso.
“Independientemente de la crisis sanitaria, siempre han existido personas que ante una crisis económica personal o familiar recurren al trabajo sexual.
“Ahorita con la crisis sanitaria y financiera sí hay muchas más personas que necesitan trabajar, el problema es que llegan a un mercado que ya está muy competido, saturado y que aparte está siendo golpeado también con la crisis económica.
“Antes podías tener más de un cliente en una noche, pero cuando empezó la pandemia ni los carros pasaban”, comenta Lola.
Para la Brigada Callejera, que permanece junto a las trabajadoras sexuales, ha sido difícil seguir brindando los apoyos en despensa y las asesorías jurídicas porque han tenido una sobrecarga de trabajo. “Muchos no muestran la realidad, hace tiempo me entrevistaron y querían que hablara de la moda del trabajo sexual y de las páginas de internet. Eso no existe. Es la precariedad lo que empuja al trabajo sexual, quieren atraer a las inexpertas, buscan enganchar a otras, al final lo que les llegue ya es ganancia”, afirma Elvira Madrid.
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