Ciudad de México/ Washington.— La crisis en la frontera entre México y Estados Unidos se acentúa: la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, reconoció ayer que en febrero ingresaron al país 76 mil migrantes, mientras que en Washington se dio la orden de acelerar la reubicación de al menos 750 agentes de la Patrulla Fronteriza para enfrentar la “emergencia nacional”.

Frente a la amenaza del mandatario estadounidense, Donald Trump, de cerrar la frontera sur esta semana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, abogó por la “prudencia” y por el “amor y paz”. El Jefe de Estado se reunió con congresistas estadounidenses, que estuvieron encabezados por el demócrata Eliot Engel, quien expresó su oposición al cierre de frontera y llamó a tender puentes.

El gobierno estadounidense dijo que la cifra de agentes fronterizos reubicados puede superar los 750, según las necesidades. El plan se suma al de expandir la devolución a México de solicitantes de asilo.

A pesar de la retórica estadounidense, Sánchez Cordero se mostró firme: descartó que se vaya a aplicar un plan para contener el ingreso de las caravanas, las cuales “existen y no son un mito”. También aseguró que se regularizará a los migrantes que ingresen a México y se les brindará seguridad porque “esta administración no reprime”.

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