Roberto Salcedo Aquino
, designado titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), anunció que el gobierno federal ya adquirió el 97 por ciento de los medicamentos en los que se se había reportado su desabasto.
Al comparecer ante las comisiones unidas de Gobernación y de Anticorrupción, Transparencia y Participación Ciudadana del Senado de la República para su ratificación, el funcionario señaló que para la compra de medicinas se diseñó una estrategia en dos sentidos: contratos en las mejores condiciones para el Estado y adquisiciones con oportunidad.
Sin embargo, Salcedo Aquino reconoció que la pandemia por Covid-19 , la ausencia de fuentes de abasto y la burocracia en la UNOPS (Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos) dificultaron la compra de medicamentos en el exterior.
“Por el Covid, la ausencia de fuentes de abasto, los procedimientos internos del encargado de la UNOPS, que se supone que es un organismo especializado para encontrar dónde estaban los vendedores, las fuentes para comprar las medicinas, todo esto dificultó realizar las adjudicaciones. Pero, para el día de ayer se habían comprado el 97 por ciento de todos los medicamentos. Ya estamos en el 97 por ciento de todos los medicamentos, esto obviamente nos da una gran experiencia para que empecemos a la planeación para el siguiente año y regularizar estas compras”.
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Por otra parte, subrayó que la percepción de corrupción en el país disminuyó de 86 por ciento en 2017 a 66 por ciento en 2019 y la confianza en el gobierno federal se incrementó de 25 a 51 por ciento en ese mismo periodo.
Salcedo Aquino, aseguró que ser designado titular de la SPF es cargar un gran peso sobre la espalda.
“Algún amigo me preguntaba que cómo me sentía y le decía yo que como El Pípila, con una loza encima, y con lo que ustedes están comentando (las críticas de los senadores de oposición al combate a la corrupción), esa loza pesa más. Le están poniendo más peso porque yo tengo el cargo y la carga”.
Al exponer su plan de trabajo, explicó que se sustenta en diversos ejes prioritarios, entre ellos, combatir las causas y efectos de la corrupción por medio de la prevención y el control interno; fomentar la ciudadanización y la lucha contra la corrupción; focalizar los actos de fiscalización en áreas proclives a irregularidades e ilícitos; reducir los niveles de impunidad administrativa, mediante el fortalecimiento de la capacidad gubernamental para imponer sanciones, así como mejorar los procesos de investigación sobre presuntas irregularidades; y la identificación, mitigación y sanción del conflicto de intereses, además de utilizar eficiente y responsablemente los bienes del Estado mexicano.
Advirtió que ejercerá “al límite y con responsabilidad sus facultades de control, inspección, regulación, rendición de cuentas y fiscalización para el debido cuidado de la hacienda pública a favor de la ciudadanía” y aseguró que que la SFP “tiene rumbo definido, programa de trabajo sólido y con visión”, aunque reconoció que se tiene que poner un mayor énfasis en el Sistema Nacional Anticorrupción para que sus engranes funcionen.
El designado titular de la SFP, actual encargado de despacho, enfatizó que se propone “consolidar un sistema de fiscalización integral, que evite las desviaciones, las deshonestidades y la incompetencia y que encienda las sirenas de alarma ante la presencia de cualquier acto de corrupción o de ineficacia. Este sistema mantendrá el espíritu de estupor y rechazo ante cualquier acto de corrupción, tendrá presente que esta es corrosiva y contagiosa y se debe detener y combatir como un cáncer social”.
Roberto Salcedo Aquino adelantó que se trabaja ya en una bitácora para llevar un control de todas las compras que realiza el gobierno federal, tal y como ocurre ahora con la obra pública y reconoció que cuando hay corrupción arriba, permea a toda la pirámide administrativa, pero aclaró que la corrupción arriba “está vigilada, no está permitida”, por lo que hay una “limpieza en este sentido”.
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