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El presidente Andrés Manuel López Obrador entrega este domingo al Congreso de la Unión su sexto y último informe de gobierno en medio de una gran aceptación popular que se vio reflejada en las urnas el pasado 2 de junio, pero también con un diferendo con Estados Unidos y Canadá en materia comercial, así como protestas masivas de trabajadores por la reforma al Poder Judicial de la Federación.
Analistas y politólogos expusieron que el Sexto Informe de Gobierno será una gran mañanera de cifras alegres, de reparto de apoyos mediante de programas sociales, pensiones, reforma laboral y del resultado de la pasada contienda del 2 de junio, lo que presumirá como un referéndum a su mandato y omitirá todos los saldos negativos como la militarización, los gasolinazos, las cifras alarmantes de violencia y los focos rojos en la economía que heredará a Claudia Sheinbaum.
Alberto Aziz Nassif, analista político, dijo a EL UNIVERSAL que López Obrador “llega a la recta final de su gobierno con mucha popularidad y aceptación, por lo que aprovechará el informe para presumir el aumento al salario mínimo, el reparto de programas sociales y pensiones, pero omitirá los graves problemas como la fallida estrategia de seguridad, la violencia desbordada y la militarización”.
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Expuso que el Presidente presumirá el resultado electoral, que es una especie de ratificación a su proyecto de continuidad, se jactará de la mayoría calificada y obviamente de la reforma al Poder Judicial que su régimen está a punto de aprobar.
“Lo que no reconocerá es que esta reforma está generando un malestar muy amplio entre grupos empresariales y miles de trabajadores del Poder Judicial que se está conjuntando con justa razón, porque es acabar de tajo con años de preparación, de concursos oficiales y ello puede ir creciendo en las próximas semanas”, apuntó.
Agregó que el panorama macroeconómico se empieza a complicar por la decisión del Presidente de aprobar esa reforma, todas las perspectivas del crecimiento de la economía bajan, se desploma el peso que oscila hoy en 19.64 por dólar y las calificadoras internacionales dan notas negativas.
Expuso que después del triunfo electoral y la mayoría absoluta ficticia que obtuvo el oficialismo, lo que es legal, le permitirá a la próxima presidenta un gran margen de maniobra, pero el querer aprobar el plan C de López Obrador y todas las polémicas reformas como la desaparición de órganos autónomos, “le están dejando una vía muy complicada a [Claudia] Sheinbaum”.
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“López Obrador va a heredar un país con problemas importantes para la democracia, porque esta desaparición de los órganos constitucionales autónomos, los que se encarga de tutelar derechos ciudadanos, eso va a entrar en un periodo de reconcentración del poder”, precisó.
Aziz Nassif consideró que el oficialismo ganó la mayoría pero artificialmente y con ello construyó una nueva aplanadora en el Congreso.
Controversia y pausa en política exterior
La política exterior del gobierno que concluye estuvo marcada por temas de controversia, posturas ambiguas como en la invasión de Rusia a Ucrania, el respaldo a gobiernos populistas y autoritarios como Venezuela y sus elecciones cuestionadas a nivel mundial y ahora la pausa en las relaciones con los embajadores de Estados Unidos, Ken Salazar y de Canadá, Graeme C. Clark.
Arlene Ramírez Uresti, internacionalista, subrayó que López Obrador “dejará un país sin crecimiento económico, con una inestabilidad cambiaria bastante relevante y en política exterior con el peor desempeño de los últimos sexenios”.
Llega a este último mes de su gobierno con bastante inestabilidad en la relación México con Estados Unidos México y Canadá, que es la más importante para el país, no sólo en materia económica, sino de migración y seguridad.
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“Esa será la herencia a la nueva presidenta, una bomba de tiempo en política exterior y diplomacia con Estados Unidos, con falta de certidumbre no sólo es temas diplomáticos, también en la vinculación y oportunidades comerciales. López Obrador está dejando un vacío importante”, remarcó.
La consultora explicó que este panorama, al margen de los otros datos, las cifras alegres y el tono “populista y demagógico” que expondrá el Presidente hoy preocupa a los inversionistas, porque no hay certidumbre en las políticas públicas en materia económica que se instrumentará en el próximo sexenio.
Dijo que la próxima administración difícilmente tiene cómo remediar y cómo solventar en lo inmediato esas relaciones tan lastimadas, sobre todo tomando en cuenta que no deja a México listo para la transición en Estados Unidos.
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Manifestó que debió haber dejado en política exterior un entendimiento con Estados Unidos, que permitiera que después de las elecciones en ambos países fluyera perfectamente la relación bilateral: “Esa es una preocupación importante para el país, pero al parecer, no para el Presidente”.
Sin embargo, dijo que las pausas en las relaciones con gobiernos como España o ahora con el embajador de Estados Unidos son sólo una muestra de la errática política exterior como la indefinición de una postura en la invasión militar de Rusia a Ucrania o el aval al fraude electoral de Nicolás Maduro en Venezuela, entre otros.
Todo ello, agregó, sin mencionar el grave déficit que dejará en materia de seguridad y desarrollo.
“Gran mañanera de elogios”
José Perdomo, especialista en Derecho Electoral de La Salle, adelantó que el último informe de López Obrador será una “gran mañanera”, llena de elogios a su gobierno y cero autocrítica sobre la situación en la que deja al país en temas como a deuda billonaria y protestas masivas por la reforma judicial.
“Será un recuento de megaobras, aunque la mayoría sean elefantes blancos, de programas sociales y cifras alegres en seguridad, pobreza, además de presumir la transformación que realizó, aunque haya sido para una regresión en el país”.
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El informe será un mensaje político donde hablará de que el movimiento que inició y que continuará con Sheinbaum Pardo. Se descarta que se centre en más críticas a la reforma judicial o que ataques a los que considera sus enemigos, porque ello podría afectar aún más la imagen del país en materia macroeconómica.
“Creo que la herencia que dejará a Sheinbaum será un país con 16 billones de pesos de deuda pública lo cual es una bomba de tiempo para la próxima presidenta”, apuntó.
También dejará “el tremendo problema del Poder Judicial que no es no es cualquier cosa, porque de aprobarse la reforma como está obsesionado López Obrador, habrá más protestas de los trabajadores, de estudiantes y seguramente de más sectores en el país”, vaticinó.