justiciaysociedad@eluniversal.com.mx

Antonio Chumacero dice no perder la fe y se mantiene firme. Busca y espera justicia. Su hija y 20 niñas más, dice, fueron víctimas de abuso sexual de parte de su profesor de primaria y no quiere que quede impune.

Sentado en la jardinera de su casa en la colonia Los Cangrejos, narra a EL UNIVERSAL la historia. Hace ocho meses interpuso una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Estado contra el maestro de inglés en la primaria Frida Kahlo, Omar “N”, por presuntamente abusar sexualmente de las alumnas.

“Hubo tocamientos de parte de su profesor. Se las sentaba en las piernas, les agarraba las manos y les acariciaba las pompas. Se sentían incómodas y se lo hicieron saber a su maestra. Luego a nosotros. En mi caso, a su mamá primero. Pero después nos enteramos que fueron más, fueron niñas del otro quinto [grado], de sexto y tercero”, relata.

Señala que los hechos fueron denunciados a finales de febrero y quedaron consignados en el expediente CSL/1070/2017, en la procuraduría.

Fueron siete padres quienes expusieron esta situación; sin embargo, en las juntas escolares, en las que se abordó el tema, quedó de manifiesto que fueron al menos 20 niñas las que describieron esta conducta de su profesor.

Antonio no dudó en confrontar a la SEP, denunciarlo y presentar la queja ante la Comisión de Derechos Humanos local. “No se puede quedar así. Tenemos que evitar que esto vuelva a suceder”, advierte. Confiesa que el camino en la búsqueda de justicia no ha sido fácil. En principio, recuerda que advirtió renuencia por parte de los directivos del plantel. “No lo querían creer. Dudaban. Decían que no era capaz de hacer eso, pero yo le creo a mi hija y queremos prevenir que vuelva a ocurrir en otras escuelas”.

La respuesta de la SEP fue separar al profesor del cargo, pero Antonio denuncia que “siguió dando clases en la secundaria aledaña, porque allá no tenía quejas, hasta que la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) solicitó una medida precautoria y un mes después de la primera denuncia, el maestro fue separado de sus grupos”.

El titular del organismo, Silvestre de la Toba Camacho, confirmó que el expediente se abrió en marzo y personal de la comisión se entrevistó con padres de familia y autoridades. “Es un caso lamentable; aquí al parecer fueron 20 niñas las afectadas. Es un tema que llama mucho la atención y prende todas las alarmas… para nosotros se trata de una violación al sano desarrollo del menor”, subrayó.

El secretario de Educación, Héctor Jiménez Márquez, prefirió no profundizar en el tema de la denuncia cuando fue consultado por este diario y se limitó a señalar que no son 20 las menores afectadas: “Es un tema de que tocaba a las niñas, no una violación”.

Mientras que el abogado Arturo Rubio Ruiz, de la asociación civil Consejo Ciudadano para la Atención de Víctimas del Delito, dijo advertir una intención de las autoridades educativas por “minimizar” este caso y permitir la revictimización.

Manifestó que cualquier acto que atente contra la libertad sexual de los menores significa una invasión al niño en formación. “No sólo lo ofendes, sino lesionas el proceso de formación sicoemocional. Si además quien realiza la conducta tiene un rango de autoridad sobre la víctima, se agrava la sanción. Es una conducta doblemente agravada”. Cuestionó el hecho de que la SEP tardara un mes en separar al profesor de todo contacto con niños.

Antonio dice que apenas la semana pasada lo buscaron del área de Psicología de Servicios de Salud de la entidad y deberá ponerse en contacto con directivos del plantel para que autoricen a los especialistas a platicar con el grupo de niñas afectadas. Elena Rojas, sicóloga y consultora en temas de violencia y género, comentó que esta denuncia “pone en evidencia que falta trabajar con niños, niñas y personal docente para saber cómo enfrentar estas situaciones”. Además, aseguró que como sociedad existe la tendencia a negar estos casos. “Debemos continuar luchando por la integridad de todos los niños , de las supervivientes y, por su proceso, de recuperación, así como por la atención de los agresores”, subrayó.

Antonio no sabe qué pasa con la investigación. Desconoce el paradero del profesor y ello le preocupa. Bajo sus anteojos deja ver su cansancio y tristeza, pero subraya que su familia es su principal motivación.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses