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El soldado de Caballería y el marino que juraron defender la soberanía nacional, ahora en la cúspide de sus trayectorias, cumplen la orden de librar la defensa, pero de la reforma constitucional que activa la Guardia Nacional, envuelta en la polémica.

Son los primeros secretarios de la Defensa Nacional y Marina que tienen la encomienda de argumentar, aclarar y exorcizar los demonios en el dictamen de reforma de la Guardia Nacional, que en cuatro días irá a periodo extraordinario en San Lázaro.

El divisionario Luis Crescencio Sandoval González, titular de la Defensa, y el almirante José Rafael Ojeda Durán, escuchan 27 intervenciones de diputados y senadores del tutifruti de bancadas parlamentarias. Responden sin rodeos, con claridad refutan señalamientos “falsos”, dicen, y explican qué es esa Guardia Nacional.

También combaten mitos y aseguran que las Fuerzas Armadas están preparadas para obedecer a una Presidenta y para tener mujeres al frente de la Sedena y Semar, pues comentan que el camino ya está abierto.

Luego de cuatro horas de reunión con diputados, la mayoría, y senadores invitados, varios ya se han ido; otros están cansados, mientras Sandoval y Ojeda se retiran rodeados de legisladores de la Cuarta Transformación, quienes les solicitan selfies. Sonreír, abrazar, acceder, el tipo de acciones de salón ajenas a un militar, las cumplen ambos con frescura. El chapuzón de flashes de prensa no los amilana.

El sonorense Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad Pública los felicita: “Ambos han tenido un debut estelar en esta Cámara de Diputados”.

Esta participación, señalada como inédita, deja muchos momentos significativos.

Cómo imaginar que el secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, dijera: “Por favor, confíen en nosotros” en una reunión abierta, transmitida por el Canal del Congreso y con periodistas presentes en el salón Protocolo, donde los grandes asuntos legislativos se discuten.

La dupla castrense argumenta que se observan los derechos humanos. Entre dos intervenciones de legisladores irrumpe la voz doliente y desgarrada de una madre: la señora Luz María Mondragón Cruz, quien clama por la pro-
tección de su hija, violentada en la Secretaría de Marina.

Pide piedad al secretario de la Semar: “Le suplico justicia para mi hija, fue violentada en 2018, fue violada” y le niegan atención en el hospital de Marina, a lo que tiene derecho, aseguró.

“Yo la recibo y vemos su caso”, dice el secretario Ojeda Durán, quien se compromete a que “se va a aplicar la ley con toda transparencia y a fondo”.

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