Es necesario que los periodistas mexicanos se unan para evitar que sigan matando a miembros de este gremio, porque es un peligro ejercer este oficio en todo el país, consideró Carlos Domínguez, hijo del comunicador del mismo nombre, asesinado el pasado 13 de enero en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
En entrevista durante una visita que hizo a EL UNIVERSAL, el joven manifestó que el asesinato de cualquier periodista significa un insulto a todos los reporteros del país, porque este tipo de ataques busca la censura a la información, situación que predomina en toda la República.
“Si hubiera unión [entre periodistas] desde cuando se hubiera resuelto uno de los asesinatos. Obviamente hay miedo en todo el gremio, pero es que cada quien por su lado no consiguen nada, está comprobado. En este caso se tienen que unir... y los noté un poco desinteresados al principio, no porque sea mi padre, sino porque es un insulto para los medios de comunicación, para los periodistas, eso es el mensaje ‘te puede pasar a ti también, aguas’ o te autocensuras o te censuro”, comentó.
Reclamó que no hubiera un pronunciamiento fijo o un compromiso por parte del gobierno federal por el asesinato de su padre, aunque reconoce que las autoridades locales y regionales se han comprometido a resolver el crimen y ha recibido ayuda de parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) mediante el mecanismo de Protección a Víctimas.
“Siento que hubo indiferencia en el caso de mi padre desde el Poder Ejecutivo, porque no hubo un pronunciamiento firme, un compromiso con un discurso que dijera ya basta”, reclamó Carlos Domínguez.
Manifestó que aquellos reporteros en Tamaulipas que reciben amenazas, “las mantienen en silencio y mejor se cuidan, no hacen escándalos, ya que él, quien hace periodismo, sabe a lo que se atiene y se mantiene en la línea como dicen. Es peligroso ejercer el periodismo en todo México y más en estados que están controlado en cierta medida por otros poderes que no son los públicos”.
De acuerdo con Carlos Domínguez hijo, su padre comenzó limpiando escritorios en una redacción y terminó como columnista independiente, donde criticó la política regional y estatal. Durante su trayectoria procuró ser imparcial, crítico e independiente.
“Se apasionaba, investigaba y leía para hacer periodismo de calidad, libre y gratis. Sus columnas fueron cuidadosas, en las que no agredía u ofendía a nadie, por lo que estaba seguro de que nunca sería blanco de agresiones ni amenazas.
Domínguez relató que el sábado 13 de enero, su padre escribió su última columna en la que trataba los nuevos acomodos en la entidad frente a las elecciones y señaló que el último párrafo lo dedicó a un alcalde de Tamaulipas acusado de atacar a periodistas que lo criticaban.
Ese mismo sábado recibió una llamada para concertar una cita a la que no fue. Tenía planeado ir al museo con sus nietos: “Alguien con una amenaza grave no anda con sus nietos”, dijo Carlos, quien agregó que rumbo al museo, un auto los impactó, por lo que su padre descendió del coche y al percatarse de que sus atacantes traían una pistola, regresó al auto. Rompieron el cristal de su ventana y lo apuñalaron 27 veces.
A pesar del miedo, seguirá alzando la voz y buscará justicia para su padre, debido a que “lo que le pase al periodista es un agravio contra la población y una autoridad que es insensible e indiferente, le falla al gremio y a la población”.