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Fue la primera vez que Karina recibió una tarjeta de crédito y consideró que sería bueno para su historial crediticio; sin embargo, tras varios meses, su estado de cuenta superó su límite con cobros de servicios que jamás había solicitado.
“Saqué mi tarjeta hace más de seis meses, fue la que me ofrecieron en el banco donde tengo mi nómina, creí que iba a estar bien todo y me iba a hacer más responsable y el primer mes estuvo muy bien”, contó Karina.
Pero después del segundo mes, el recibo de su tarjeta fue excesivo, aunque tenía un límite de crédito de 10 mil pesos, su deuda era de más de 20 mil.
“Me llegaron tres cargos que no conocía, uno por un seguro internacional en Holanda, otro por una compra de ropa y otro por compra de artículos eléctricos por internet, pero no había realizado ninguno de esos”, relató.
De inmediato fue a hacer una aclaración a su banco y, a pesar de que el saldo no correspondía con su límite de crédito, el caso pasó a revisión.
“Te tratan como si fueras tú el ladrón, es imposible que haga gastos mayores a lo de mi límite de crédito, pero incluso así, tú eres el culpable hasta que se demuestre lo contrario. Después de un mes me solucionaron sólo uno de los cargos”, explicó.
La indagatoria se atrasó debido al sismo del pasado 19 de septiembre, Karina acudió a la Condusef, pero ha realizado pagos para evitar tener deudas, puesto que el banco le sigue cobrando, aunque el caso se investigue.
“Hice todo antes del temblor, incluso fui a la Condusef, pero hasta ahora no me han solucionado, siguen diciendo que continúa la investigación, pero el banco me sigue cobrando”, expuso la mujer.
Javier también se vio afectado con la clonación de su tarjeta. No se explica cómo lograron robarle todo su efectivo, puesto que su cuenta quedó en ceros.
“Recién había sacado mi tarjeta en el banco, porque me la habían robado, entonces tenía una nueva, hice una sola compra y al otro día no tenía absolutamente nada, un día antes tenía un saldo de 5 mil 443.56 pesos y al otro día no tenía nada”, aseguró.
Inmediatamente hizo una aclaración al banco, aunque también le dijeron que se tenía que realizar una investigación que duraría un mes y, de no ser favorable, tendría un costo esa indagatoria.
“Para presentar la queja tuve que llamar varias veces al número del banco, no me solucionaban, fue como si tuviera la culpa, incluso me dijeron si estaba seguro de que no hice ese gasto, porque se había realizado en una tienda de cosméticos, la única que sabía mi estado de cuenta fue la que me hizo la reposición de mi tarjeta, pero eso no les interesa”, dijo.
Tras un mes de espera, la solución fue a su favor; sin embargo, su dinero fue retenido y tuvo que pedir prestado durante algunos días.
“Tenía casi todo mi salario, no podía hacer nada, tuve que pedir prestado y me vi muy limitado esa semana, sólo quedó una mala experiencia”, concluyó.