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La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) llamó a las autoridades a investigar “exhaustivamente” los casos de homicidio de sacerdotes para que no queden en la impunidad.
Luego de que el viernes pasado se conociera la muerte de un cura en el estado de Jalisco, el Episcopado, que reúne a los más de 100 obispos del país, demandó a las autoridades que los crímenes contra sacerdotes no queden impunes.
En lo que va del sexenio han sido asesinados 23 sacerdotes en el país, y ayer falleció uno en el estado de Puebla en un accidente al ser atropellado. Los obispos llamaron a construir una cultura de paz y de reconciliación, a fin de que se recupere el respeto por la vida y lo sagrado.
“A nuestras autoridades competentes, solicitamos con firmeza, una vez más, investigar exhaustivamente, hasta aclarar los hechos, para actuar conforme a la justicia y no permitir que éste ni los demás crímenes en nuestra nación queden impunes”, expresaron.
Pidieron a quienes “arrebatan la vida”, dejar las armas, el odio, el rencor, la venganza y todo “sentimiento destructivo”.
El cuerpo del cura Lucino Flores Sánchez, reportado como desaparecido hace cinco días, fue encontrado ayer en la zona del Triángulo Rojo de Tepeaca, en Puebla. La Arquidiócesis de la capital de esa entidad confirmó la muerte del párroco de 67 años, quien estaba retirado de la misión sacerdotal y cuyos restos aparecieron en una de las zonas de mayor robo y tráfico de combustible en ductos de Pemex.
El viernes, el padre Juan Miguel Contreras García, vicario en Tlajomulco de Zúñiga, fue baleado en la notaria parroquial de la iglesia San Pío de Pietrelcina, en Haciendas Santa Fe, Guadalajara.
El Centro Católico Multimedial (CCM) informó que hacia las 18:30 horas de este viernes fue asesinado otro presbítero, Contreras García tenía apenas dos años de haberse ordenado en el sacerdocio.
El miércoles, el ministro de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, Rubén Alcántara Díaz, fue asesinado al interior de la parroquia. Fuentes locales confirmaron que alrededor de las 18:30 horas el párroco discutió con un hombre que entró al templo, quien lo agredió con arma punzocortante y después huyó.
En lo que va de este año se han contabilizado, además de los homicidios, dos ataques con explosivos en la diócesis de Matamoros, por lo que 2018 es considerado como un año de “violencia sin fin contra ministros de la Iglesia católica”, dijo el CCM.