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El pasado 5 de agosto fue encontrado el cuerpo de la doctora Jessica Sevilla Pedraza en un paraje del municipio mexiquense de Huixquilucan, la última vez que se le vio con vida fue en la gasolinera del poblado de Xonacatlán, en la carretera Naucalpan-Toluca del Estado de México el 4 de agosto.
A las cuatro de la tarde de ese día perdieron su rastro; iba a bordo de su auto. Al no saber nada de ella, familiares informaron sobre el caso; autoridades emitieron una Alerta Odisea para dar con su paradero. Se presume la participación de José Javier Rosales, porque tenía una relación sentimental con ella. Su cuerpo fue encontrado a 100 metros del sitio donde fue vista por última vez; estaba boca abajo y tenía huellas de extrema violencia.
La fiscalía del Estado de México concluyó que la causa de muerte derivó de un impacto de bala, mientras que las heridas e incluso el desprendimiento de su cabeza fueron ocasionadas por la fauna del lugar. Tras las diligencias realizadas, se pudo establecer que la víctima fue arrojada en este sitio, luego de haber sido asesinada por el impacto de arma de fuego; hasta el momento hay una línea de investigación sólida sobre este caso y está a cargo de la Fiscalía de Feminicidios.