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Los familiares de los tres italianos que están desaparecidos desde el 31 de enero en el estado de Jalisco denunciaron hoy a Efe que fueron "abandonados" por las autoridades mexicanas e italianas, y que dejaron México "por miedo".
"Todos tenemos miedo de hasta hacer una denuncia", dijo vía telefónica Francesco Russo , quien afirma que ni la embajada de Italia en México ni la Fiscalía General de Jalisco les han llamado para informarles del avance de la investigación y todo lo han hecho con sus "propias manos".
Su padre Raffaele Russo, de 60 años; su hermano Antonio Russo, de 25, y su primo Vincenzo Cimmino, de 2 9, originarios todos de Nápoles, fueron vistos por última vez el 31 de enero en el municipio de Tecalitlán y sus familiares presentaron una denuncia el 1 de febrero en la Fiscalía de Jalisco .
Francesco explicó que su padre es un jubilado pensionado que para sobrevivir revende "chamarras y perfumes" en la calle, una actividad que llevó a cabo desde que llegó a México entre septiembre y octubre de 2017.
Además de los tres desaparecidos, permanecían en México el propio Francesco y su hermano Daniele, aunque tras los hechos abandonaron el país.
Raffaele estuvo en varias ciudades, entre ellas Cancún, antes de llegar a Jalisco unos días antes de su desaparición. Se había hospedado en Ciudad Guzmán, una de las principales ciudades del sur de Jalisco, junto a Antonio y Vincenzo, recién llegados a México.
Francesco afirma que el día que su padre se trasladó a Tecalitlán habló con él por la mañana y le dijo que había ido a ese pueblo porque quería dar "una vuelta" y ver si podía "ganar algo", aunque no conocía a nadie en la región.
La última llamada que Raffaele hizo a uno de sus hijos fue a las 14.30 horas del 31 de enero. Media hora más tarde intentaron comunicarse con él, sin respuesta.
"Él sufre de hipertensión y pensamos que le dolía la cabeza o que se había accidentado, pero nunca pensamos que le pasaría algo así", afirma su hijo.
Narró que la última comunicación que tuvieron con Antonio y Vincenzo fueron tres mensajes de voz que el primero le envió a su hermano Daniele.
En los audios se escucha cuando Antonio cuenta que los habían interceptado policías en la gasolinera ubicada afuera del poblado, luego que los obligaron a seguir a un policía en motocicleta y por último que los habían parado en alguna parte del camino y estaban rodeados por motocicletas y una patrulla.
Después no pudieron hablar más con ninguno pues los celulares de Antonio y Vincenzo fueron apagados y dejaron de recibir llamadas.
Francesco afirma que según los datos del localizador satelital que la empresa de alquiler de autos les proporcionó, tanto la camioneta que conducía a Raffaele como la de los dos jóvenes fueron dejadas sobre la carretera de Tecalitlán hacia Jilotlán de los Dolores, pero hasta ahora ninguno de los dos vehículos aparece.
Recalca que sospechan de la policía municipal, pues luego de que perdieron contacto, él llamó al Ayuntamiento de Tecalitlán donde una mujer le dijo que "escuchó por radio que los policías habían detenido a dos jóvenes italianos", aunque en una segunda llamada la mujer lo negó.
Francesco se trasladó de Ciudad de México a Guadalajara, capital de Jalisco, para hacer la denuncia en la Fiscalía estatal el 1 de febrero, pero hasta ahora no le han informado de ninguna novedad. "Nadie me llamó, nada de nada. No he dado más seguimiento porque he visto que no me estaban ayudando", enfatizó.
El italiano pide a las autoridades ayuda para acelerar las investigaciones y que "se muevan a hacer algo y ver qué pasó con mi familia".
"Los dos muchachos tienen hijos, uno de dos y otro de tres años, y no es justo lo que están viviendo nuestras familias", concluyó.
El secretario general de Gobierno de Jalisco, Roberto López, dijo hoy a la prensa que se evalúa intervenir a la policía de Tecalitlán ante una posible infiltración del crimen organizado, aunque esto dependerá de la información que surja desde el área de inteligencia de la Fiscalía estatal.