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NUEVA YORK.— El Cártel de Sinaloa tuvo un plan para asesinar en 2005 a José Luis Santiago Vasconcelos, quien fue zar antidrogas de la Procuraduría General de la República (PGR), porque “no cooperaba con nadie” del mundo del narcotráfico, reveló Jesús El Rey Zambada.
Durante su testimonio en la Corte Federal de Brooklyn, en Nueva York, en el juicio contra Joaquín El Chapo Guzmán Loera, El Rey confesó que su hermano —Ismael El Mayo Zambada— y El Chapo tenían un plan para asesinar a Santiago Vasconcelos, a quien describió como “un alto mando de la PGR, policía al que todo el mundo tenía respeto y miedo porque no agarraba dinero (...) del narcotráfico.
“Se me pidió formar parte del plan”, explicó Zambada García, “que ayudara a localizarlo y proporcionando seguridad a los pistoleros”. El Rey dijo que cumplió con su tarea.
Relató que preguntó al Mechudo, el jefe de sicarios de su hermano, cómo iban a asesinarlo, “no me pareció correcto lo que iban a hacer”, y dijo que se salió de la operación.
“Iba a ser un problema grave”, explicó a Juan José Esparragoza El Azul, por entonces líder del Cártel de Sinaloa. Su hermano, El Mayo, tras escuchar las opiniones, le pidió que se olvidara del tema.
Luego de tres horas de testimonios, El Rey respondió al interrogatorio de la fiscalía, que estuvo a cargo del abogado de El Chapo, William Púrpura.
La defensa trató de pintar a El Rey Zambada como un mentiroso olvidadizo de detalles clave de su paso por el Cártel de Sinaloa.
Luego de 10 horas de interrogatorio por parte de la fiscalía, los abogados de El Chapo tuvieron la oportunidad de poner en entredicho la figura de El Rey, intentando desacreditar toda la historia de la organización que describió en los tres días anteriores.
Púrpura cuestionó repetidamente cómo podía ser que El Rey se acordara de detalles insignificantes de hechos de hace más de una década, como una botella de whiskey Buchanan’s que El Chapo invitó tomar a su socio Juan José Esparragoza El Azul, y no de los detalles omitidos a los fiscales del gobierno en su confesión de cooperación, como el uso de un helicóptero para ayudar a Guzmán en su primera fuga de la cárcel.
Púrpura insinuó que era curioso que todos aquellos que podrían corroborar gran parte de las historias que contó El Rey estaban muertos; dejó entrever, además, que los personajes secundarios de las historias, como un piloto de avión o un cura, murieron casualmente dos o tres años después de los sucesos relatados.
El testimonio de Jesús El Rey Zambada mostró a El Chapo como un hombre siempre armado, ya fuera con su famosa pistola .38 super, con empuñadura de diamantes y las letras JGL, un rifle AK-47 o incluso un bazooka, que El Rey recordó fue usada en una ocasión que decidieron “tirar al blanco” como “hobby” tras un encuentro a finales de 2005.