El vuelo de 11 minutos que realizó el presidente, Andrés Manuel López Obrador , en un avión 737-800 de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), para inaugurar la pista de la Base Militar Número 1 del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, el 10 de febrero, tuvo un costo de 34 mil 144 pesos, equivalente a un viaje redondo a España.
Dicha cantidad fue destinada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para comprar 3 mil 200 litros de turbosina para la aeronave, que trasladó a 78 pasajeros, entre ellos los presidentes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar ; el senador Eduardo Ramírez; la entonces vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna; secretarios de Estado; los gobernadores del Estado de México, Alfredo del Mazo ; Hidalgo, Omar Fayad y la jefa de gobierno, Claudia Scheinbaum, en un recorrido de 45 kilómetros.
Según información obtenida vía transparencia , la Sedena destinó un presupuesto total de 65 mil 340 pesos para la organización de la inauguración de la pista de la Base Aérea Militar Número 1, en el marco del 106 aniversario de la Fuerza Aérea Mexicana , en la que también aterrizaron los primeros cuatro aviones comerciales, sin pasajeros.
En el desglose de gastos, la dependencia al mando del general, Luis Cresencio Sandoval González , reportó que destinó 6 mil 103 pesos para el desayuno encabezado por el presidente López Obrador; 9 mil 625 pesos, en la impresión de 2 aforos con sublimación digital en tela; 4 mil 20 pesos, para una placa en aluminio y vinil; 11 mil 448 pesos, en letras mayúsculas en tercera dimensión con la leyenda “Base Militar N°1; y 34 mil 144 pesos en turbosina para el avión 737-800.
La Sedena precisó que el vuelo de la aeronave militar duró 25 minutos de ida y 32 minutos de regreso al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), además de que durante el trayecto “no se proporcionaron alimentos y bebidas”.
Como parte de los actos de inauguración de la Base Aérea Militar Número 1 en el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, el presidente Andrés Manuel López observó el aterrizaje de cuatro aviones de las aerolíneas Viva Aerobus, Volaris, Aeromar y TAR.
No obstante, en el gobierno federal no hay documentos sobre los acuerdos a los que se llegó con las cuatro aerolíneas para aterrizar por primera vez en la pista militar del nuevo aeropuerto en construcción.
En solicitudes de información hechas por EL UNIVERSAL , la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) respondió que tras una “búsqueda exhaustiva en los archivos de esa secretaría, no se localizó evidencia documental sobre el requerimiento”.
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En esa ocasión, el Ejército y la Fuerza Aérea mexicanos estrenaron la nueva Base Aérea Militar Número 1, que fue reubicada dentro de lo que será el “Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles”, en Santa Lucía, Estado de México.
Con una proyección de funcionamiento para los próximos 50 años, la Base Aérea cuenta con una torre de control, 11 hangares para aviones y helicópteros, un hangar de acopio, una terminal de pasajeros, inmuebles para salvamento y extinción de incendios, un complejo logístico y una pista para las operaciones militares.
Es considerada la principal instalación aérea en el país. Moderna, funcional y eficiente, con nuevos elementos aéreos y terrestres, presumió la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
La plataforma y la pista militar de la BAM están diseñadas con los mejores estándares técnicos, como por ejemplo, el concreto hidráulico de altas especificaciones, rodajes de salida rápida y ayudas para operaciones nocturnas, entre otros.
La Sedena aseguró que el inmueble se planificó considerando el uso y distribución eficiente de los espacios, atendiendo a los avances tecnológicos existentes, con el fin de que todas las unidades aéreas que se alojarán en esta instalación tuvieran las mejores condiciones de vida y operación.
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