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El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) vendió ayer en 102 millones de pesos la casa del empresario chino-mexicano Zhenli Ye Gon, acusado de lavado de dinero y tráfico de drogas.
Durante la cuarta subasta del gobierno federal, el SAE ofertó cinco de los 25 lotes disponibles, con los que recaudó 125 millones 835 mil 524 pesos, pese a que el director del organismo, Ricardo Rodríguez, esperaba lograr una venta mínima de 200 millones de pesos.
La casa de Ye Gon, ubicada en Lomas de Chapultepec, fue la protagonista del evento en el Complejo Cultural de Los Pinos, pues de las 33 personas que compraron las bases para participar en la subasta, siete estaban interesadas en ese inmueble y pagaron un millón de pesos por la oportunidad de disputarlo.
El precio inicial de la casa era de 95 millones 483 mil 510.90 pesos, y aunque el SAE esperaba venderla en 120 millones de pesos, su comprador, quien participó vía telefónica, la adquirió por un precio de 102 millones de pesos, cantidad que servirá para las 544 becas de deportistas, informó Rodríguez.
“El destino de lo que se obtenga de la casa se va a destinar a las 544 becas para los deportistas que le están dando mucha alegría a México, que han dado su mejor esfuerzo.
“El objetivo ha sido devolverle a estos deportistas una casa que era improductiva, que solamente estaba bajo la administración del SAE, pero que no se le daba ningún destino”, dijo Rodríguez.
Detalló que el inmueble es de estilo francés, tiene cuatro niveles, planta eléctrica propia, ocho cajones de estacionamiento, una alberca con un domo que regula su temperatura y acabados en mármol y madera, por lo que consideró que el precio inicial al que fue ofrecido era acorde con su valor comercial.
Confió en que sus nuevos dueños destinen el inmueble a alguna fundación o a cualquier fin social.
La casa de Zhenli Ye Gon no está inscrita en el Registro Público de la Propiedad (RPP), por lo que el uso de suelo de la misma aún no ha sido definido. Rodríguez aseguró que sus nuevos dueños no tendrán ningún problema para regularizarla, pues contarán con el aval de que el gobierno federal vendió un inmueble sin ningún gravamen.
EL UNIVERSAL informó que el predio consta de mil 566 metros cuadrados construidos y mil 218 de terreno, y que el desgaste que presentan algunas de sus áreas podría representar una inversión de hasta dos millones de pesos en reparaciones, según cálculos del SAE.
En la casa subastada ayer fueron hallados en 2007, 205 millones de dólares en efectivo, por lo que el inmueble y su dueño pasaron a la historia, al tratarse del mayor numerario en ser decomisado.
Ayer también fueron ofrecidos algunos inmuebles que desde junio desdeñaron los compradores. Se trató de cuatro predios transferidos por la extinta Procuraduría General de la República (PGR), dos de ellos en Metepec, Estado de México. El resto está relacionado con cárteles de la droga, pero no hubo quien se interesara en ellos, por lo que los lotes fueron declarados desiertos.
El primero de estos fue una casa de Francisco Javier Arellano Félix El Tigrillo, uno de los líderes del extinto Cártel de Tijuana. El inmueble se ofertó en 15 millones 303 mil pesos y está ubicado en Los Cabos, Baja California Sur.
Además, se ofreció la casa en Jiutepec, Morelos, incautada a Raúl Flores Hernández El Tío, supuesto operador financiero del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y cuyos negocios ilícitos fueron vinculados con el futbolista Rafael Márquez y el cantante Julión Álvarez. El precio de salida de la casa fue de 6 millones 419 mil pesos.
Nadie intentó siquiera hacer una oferta para comprar alguno de los inmuebles mencionados.
Intensa puja, pero desangelada. Aunque la subasta estaba conformada por 25 lotes, sólo uno causó interés entre los compradores y curiosidad entre los asistentes, quienes querían conocer al nuevo dueño del “palacete” del empresario famoso por la frase “copelas o cuello”.
En cuestión de 10 minutos se definió el futuro del inmueble de Sierra Grande 515, durante una puja intensa, como la esperaba el SAE, pero desangelada, pues sólo uno de los interesados estaba presente, el otro estaba al teléfono.
En cuanto se anunció que iniciaría la venta del lote 18, la carpa se hundió en el silencio, los celulares estaban listos para capturar el histórico momento en que el gobierno se deshacía de la polémica casa.
Al final, el comprador que estaba presente en el lugar ofreció 100 millones de pesos, pero 2 millones más hicieron la diferencia a favor del que estaba al teléfono.
La gente, desconcertada, se quedó con las ganas de conocer al nuevo dueño. Aunque la subasta continuó, parecía no importar, el “palacete” logró venderse y el empresario chino se quedó sin casa.