Apizaco, Tlax.—Tras el portazo intempestivo de cientos de damnificados por el huracán Grace que no fueron censados por el gobierno federal en Huauchinango, Puebla, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que “ya quiere vernos” y anunció el regreso de eventos masivos para el 20 de noviembre, día de la Revolución Mexicana, en el Zócalo de la Ciudad de México, y de asambleas informativas masivas.
Esto, a pesar de que México ocupa el cuarto lugar mundial en fallecimientos por Covid-19 y que aún se registran contagios.
“Ahora le llaman portazo. Abrieron las puertas en Huauchinango, donde estábamos, así entraron porque la gente ya quiere vernos, que los escuchemos de manera directa y quieren participar. Ya no quieren que todo sea a través del internet o de la televisión”.
Explicó que las asambleas se llevarán a cabo una vez que se cumpla su compromiso de que estén vacunados contra Covid todos los mayores de edad con al menos con una dosis.
“Si terminamos de vacunar, como creo lo vamos a lograr, para el 20 de noviembre, vamos a comenzar en el Zócalo porque así lo pide la gente”, afirmó.
Acompañado por la gobernadora Lorena Cuéllar (Morena), el Presidente aseguró que los ciudadanos podrán participar en los eventos que realiza para evaluar los programas de bienestar de su administración.
“Vamos a hacer ya grandes concentraciones para que todo el que quiera llegar pueda asistir. Asambleas informativas en todas las plazas de México para que no haya portazos, para que puedan participar todos.
“El 20 de noviembre vamos a conmemorar un aniversario más del inicio de la Revolución, que es para nosotros muy importante, porque es la tercera transformación en la vida pública de México, ya de una vez convoco desde Apizaco, Tlaxcala, a una gran asamblea nacional para el Zócalo de la Ciudad de México”, recalcó.
Horas antes, en el recinto ferial de Huauchinango, Puebla, alrededor de 200 manifestantes que aseguraron ser damnificados del huracán Grace irrumpieron para exigir apoyos, mientras el Presidente tomaba la palabra.
Rompiendo por lo menos tres filtros de seguridad y con pancartas con leyendas como: “¡No al nepotismo, no más corrupción!” y “¡Exigimos un nuevo censo, no más de lo mismo!”, los manifestantes llegaron prácticamente hasta el lugar del Mandatario, quien acompañado por integrantes de su gabinete, detallaba lo hecho en favor de los damnificados por este fenómeno.
El presidente López Obrador reconoció que había inconformidad de organizaciones sociales, como Antorcha Campesina, por estar, señaló, acostumbrada a que se le entregaran apoyos a ellos y sus líderes les repartían.
Segundos después, tras el portazo, una manifestante no pudo ser detenida por el vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas, ni por el titular de la Ayudantía Daniel Asaf ni por otros cinco integrantes de este cuerpo de seguridad.
Sin embargo, de pie, mientras el gobernador y los integrantes del gabinete permanecían sentados, el Presidente preguntó con voz fuerte: “¿Me van a dejar hablar?, ¿Me van a respetar? Guarden silencio”, orden que fue obedecida.
“Miren, estamos aquí porque se está llevando a cabo a evaluación del programa de apoyo a damnificados, se está ayudando a la gente como nunca se había ayudado. ¿O estoy mintiendo?”, a lo que los damnificados respondieron con un no.
“Vamos a seguir entregando apoyos para los afectados (…) Pero todo, todo se va a entregar de manera directa, sin intermediarios. ¿O quieren ustedes que lo entreguemos a las organizaciones?”, a lo que los manifestantes respondieron de nueva cuenta negativamente.
Al señalar que se tenía que retirar porque tenía otro evento en Apizaco, Tlaxcala, les informó que se quedaría para atenderlos Rosa Icela Rodríguez, titular de Seguridad y por Javier May, secretario de Bienestar. Tras esto, lanzó vivas a Huauchinango, a Puebla y a México y protegido por militares, se retiró.