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La aprobación de la nueva reforma educativa representará una prueba para el gobierno federal, puesto que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se convertirá en un factor de presión para la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Presidencia, advierten investigadores, quienes ven riesgo de un retroceso hacia el esquema que se tenía antes de 2013.
Entrevistados sobre el tema, los expertos consideran que vienen momentos cruciales para el aval de la nueva reforma, puesto que a pesar de que ya logró un consenso importante en comisiones, la CNTE todavía tiene espacio de presión.
“La Coordinadora va a crear una gran presión sobre la Presidencia y la SEP, para retroceder en su proyecto de reforma educativa. Está en manos del Congreso, pero el Poder Ejecutivo puede influir de manera determinante. Morena puede cambiar el dictamen y a través de votos particulares darle la vuelta a algunos puntos clave”, dijo el especialista Roberto Rodríguez Gómez del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
“Es un momento delicado en el que hace falta afinar detalles políticos. Al Presidente se le olvida que el dictamen se discutió en dos comisiones. Se votó con varias reservas y me parece que con los procedimientos legislativos pueden pasar varios escenarios. Hay que estar pendientes de las señales que se mandan y de las coaliciones con los partidos de oposición”, agregó Alma Maldonado, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav).
Los especialistas coincidieron en que en el espíritu del dictamen hay muchas cosas que son similares a la reforma de 2013, como el énfasis en buscar que los maestros sean seleccionados entre los mejores.
Señalaron que se mejoró la propuesta que envió el Presidente en diciembre de 2018, la cual tenía errores, como la eliminación de la autonomía universitaria y el concepto de educación inicial. Hay cambios de profundidad entre los tres archivos: la reforma de 2013, la propuesta de reforma del Ejecutivo y el documento que se aprobó en comisiones.
Pedro Flores Crespo, especialista en Educación por la Universidad Autónoma de Querétaro consideró que hay un riesgo que afectará a profesores y niños si el Presidente “cede ante las presiones y chantajes de una sección de la CNTE.
“Va a afectar los derechos y la autonomía magisterial de la mayoría de los profesores y el interés público de la educación. Si cede ante un pequeño grupo para que no le digan cosas, puede ser regresivo (...) Espero que el Presidente tenga una mira mucho más alta de la coyuntura y la popularidad. Tiene la obligación de gobernar para todos, no sólo para el grupo que lo presiona. Hay puntos en los que ya no pueden pasar sus perspectivas, porque quizá sean disfuncionales para mejorar a la educación”.
Lo que viene ahora es lograr que se mantenga el consenso entre las diferentes fuerzas políticas, que se alcanzó para formar el dictamen de reforma educativa. Roberto Rodríguez alertó que de imponerse la presión de la CNTE, se corre el riesgo de regresar a la manera en que se procesaba el control educativo antes de 2013.
“Será a través de la negociación y el pacto entre la autoridad educativa y el sindicato, esto incluye la distribución de las plazas y la negociación. El riesgo es exactamente ese: volver a las formas de 2013 y ya sabemos cómo nos fue en esa condición”, aseguró.
La solución debería ser incorporar candados claros para especificar que todos los asuntos laborales se tratarán de acuerdo con el artículo 123 de la Constitución, con excepción del ingreso, promoción y reconocimiento en el servicio profesional docente, lo que debería quedar establecido mediante evaluaciones.
“Es un candado para decir que los derechos están garantizados, pero la promoción, ingreso y reconocimiento van a ser regulados por la nueva ley. Estamos muy preocupados por la legislación, se debe buscar que (...) se realice por consenso.
“Se va a hacer un sistema que corrija todas las cosas que quedaron mal del Servicio Profesional Docente, pero si no dejas muy claro el candado te puedes remitir al apartado B para evitar que las comisiones mixtas tengan mucho peso.
“Si pasa el dictamen como lo conocemos ahorita, quedará muy claro hacia dónde debe ir el sistema y el SEN nacional, habrá uno de mejora continua de la educación”, consideró la investigadora Alma Maldonado.