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Por: Adriana Berenice Espinoza Martínez
En México hay discusiones legislativas en dos iniciativas de ley en torno al tema de regulación y gestión de residuos: la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos Sólidos y la Ley General de Economía Circular. Ambas incluyen a los plásticos como residuos sólidos y se considera que para fomentar la sustentabilidad de estos residuos, el reciclado es una herramienta fundamental.
El reciclado como práctica es la acción de recuperar algún residuo y convertirlo en un nuevo material o producto a través de diferentes procesos. Sin embargo, la gestión de los residuos es un tema muy importante en donde la separación y acopio adecuados juegan un papel fundamental. En este sentido, muchas de las opiniones y críticas en torno a las legislaciones antes mencionadas se deben a que no se ha implementado un sistema de gestión de residuos adecuado. Aquí habría que reflexionar para el caso de los plásticos, ¿cómo debemos separarlos?
En general, sabemos que los productos plásticos tienen diferentes características como dureza, flexibilidad y transparencia, por mencionar solo algunas. Por ejemplo, aquellos productos que están hechos de polietilén tereftalato (PET) son relativamente sencillos de identificar, porque conocemos físicamente algunas características del material. Sin embargo, hay artículos que a simple vista presentan las mismas características del PET y que no necesariamente corresponden a este tipo de plástico.
Así, por ejemplo, hay algunos empaques que están fabricados de otro material que se llama poliestireno (PS) y que no son del típico unicel, sino que cuentan con esa transparencia y tenacidad parecida al PET o en la actualidad, también hay empaques con estas mismas propiedades y que están hechos de ácido poliláctico (PLA) y que los podríamos confundir entre sí. Algunos envases de productos de limpieza o de alimentos pueden ser muy parecidos en apariencia pero que son diferentes en su estructura si hablamos desde el punto de vista químico.
Entonces ¿cómo los puedo distinguir uno de otro para lograr con éxito la separación de residuos plásticos y así cumplir con la etapa inicial dentro de la normatividad establecida? Esta tarea no es sencilla y se vuelve aún más complicada porque los productos hechos de plástico no solo están hechos del plástico como tal, sino que llevan ciertos aditivos que les dan diferentes atributos como color, mayor flexibilidad o dureza, etc. O bien, los empaques para alimentos como embutidos y carnes, están compuestos por capas consecutivas de diferentes plásticos que nos complica aun más esta tarea (hasta 11 capas).
Existe una normativa internacional llamada ASTM D7611, con equivalencia nacional NMX-E-232-CNCP, referente a los Símbolos de Identificación de Plásticos. En esta norma se establece que todos los productos hechos de plástico deberán contener un código de identificación en función del tipo de material con el que están fabricados. Esto con la finalidad de facilitar su separación, acopio, recolección, reciclado y/o aprovechamiento.
Dentro de la norma se establece que los productos hechos de plástico se deberán identificar con un número del 1 al 7 dentro de un triángulo, en función del tipo de plástico. De esta manera, el 1 corresponde al polietilén tereftalato (PET), el 2 al polietileno de alta densidad (PEAD), el 3 al policloruro de vinilo (PVC), el 4 al polietileno de baja densidad (LDPE), el 5 al polipropileno (PP), el 6 al poliestireno (PS) y el 7 se asigna para “otros”. Aquí nuevamente tenemos un reto porque entonces solo podemos clasificar adecuadamente 6.
Hay que considerar que dentro de la nueva normativa se incentiva al uso de los bioplásticos que pueden ser biobasados, biodegradables y compostables, o tener estas características en común. Pero ¿cómo vamos a clasificar estos residuos?, ¿los podemos colocar dentro de la basura que conocemos como orgánica o dejarlos a la intemperie?
La lógica nos podría decir que este tipo de plásticos se van a biodegradar porque así se especifica en sus etiquetas, pero ¿lo van a lograr si los dejamos a la intemperie o entre la basura orgánica que va a ir a dar al relleno sanitario? La respuesta es un rotundo NO, porque estos plásticos requieren ciertas condiciones para degradarse, por ejemplo, humedad, temperatura y presión controladas, o bien el uso de un bioreactor de compostaje industrial.
Si bien como especialistas hemos llevado a cabo proyectos exitosos con diversas empresas relacionados con la incorporación de material reciclado en productos comerciales y de inclusión de bioplásticos en el lanzamiento de diversos productos, aún hay mucho camino por recorrer.
Porque para llevar a cabo el reciclado de plásticos de manera satisfactoria a mayor escala, requerimos un sistema de gestión de residuos bien fortalecido a nivel nacional y con las capacidades operativas que le permitan a la sociedad y a la industria realizar esta práctica de forma accesible. Y principalmente, un programa de educación en todos los niveles como sociedad, en materia de separación de residuos plásticos. Es decir, dentro de la temática de reciclado, del dicho al hecho ….. aún hay mucho trecho.
Especialista en Procesos de Transformación de Plásticos.
Centro de Investigación en Química Aplicada.
Colaboradora de la iniciativa Vida Circular.