“Algún día quiero ser bombero como mi mamá”, dijo Mateo, quien se vistió con un pequeño traje y casco de vulcano para recibir a gritos a su madre Yoselin, mientras marchaba junto con otros 500 compañeros en el primer Desfile del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México.
“Es una emoción que se comparte en familia y es un orgullo saber que la mamá de mi hijo es integrante del Heroico Cuerpo de Bomberos, que exclusivamente se dedican a ayudar a la población”, expresó Rodrigo Trejo, padre de Mateo y esposo de Yoselin, quien también asistió al desfile junto con cientos de capitalinos para celebrar a los integrantes de esta corporación.
Al igual que esta familia, decenas de personas disfrutaron de desfile y aprovecharon para expresar su reconocimiento a los miembros de esta corporación.
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En punto de las 10 de la mañana comenzó el evento protocolario de arranque del desfile, mismo al que asistieron el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez Camacho; la titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Myriam Urzúa, y el Jefe Vulcano Juan Manuel Pérez Cova, quien dio inicio a la procesión hablando de la historia de la institución.
“Hoy cumplimos 169 años, no me resta más que agradecer a las autoridades que siempre han estado con nosotros. Fuimos militares en un inicio, esa fue nuestra creación. El requisito indispensable era pertenecer al Ejército mexicano. Como sabemos y como se ha dicho en reiteradas ocasiones, el Ejército es pueblo uniformado, de ahí venimos, esa es nuestra razón de ser, ese es nuestro gen”, señaló Pérez Cova.
El secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez Camacho, agradeció la entrega y dedicación de los elementos.
“Todos y cada uno de los hombres y mujeres que desfilan el día de hoy son garantes de la seguridad y la protección de vidas y bienes, pero sobre todo, son ejemplo de solidaridad, dedicación y coraje y por ello hoy la sociedad les aplaude y le reconoce. Cada uno de ustedes son héroes anónimos”, destacó.
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Después del acto protocolario, los bomberos arrancaron su camino desde el Zócalo hasta el Monumento a la Revolución, encabezados por la Banda de Guerra del Heroico Cuerpo de Bomberos.
Luego del paso de los diversos contingentes de bomberos tocó el turno de los vehículos antiguos, algunos de hace más de 100 años, así como una de las unidades usada en la película de 1952 de Cantinflas, El bombero atómico.
Posteriormente, llegaron las unidades más modernas y equipadas con las que cuenta la institución, incluyendo una escala articulada tipo Mágicos, con una longitud de 60 metros, la escala de bomberos más larga del mundo.
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También hubo espacio para los binomios caninos, que provocaron furor y ternura entre los asistentes, además de lanchas, equipos de buceo y rescate anfibio y grúas con una capacidad de carga de hasta 30 toneladas.
Una vez terminado el desfile, todas estas unidades fueron estacionadas a un costado del Monumento a la Revolución, donde decenas de ciudadanos hicieron filas para tomarse una foto a bordo de estos, ponerse los cascos y partes del equipo de los bomberos, e incluso acariciar a alguna de las unidades caninas.
“Yo creo que le debemos mucho a los bomberos de la Ciudad, porque siempre están ahí para apoyar cuando se necesite y dan la vida por uno”, comentó una de las personas que acudieron a tomarse una foto junto con una de las unidades.