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José es un joven de 30 años, originario de la Ciudad de México y amante de los coches. Recientemente lo ascendieron en su trabajo y pudo comprar, a plazo de 60 meses, su primer automóvil del año.
Sin embargo, a un mes de estrenarlo le robaron con violencia su flamante vehículo negro, y desde ese día ha padecido un viacrucis para recuperar su automóvil o que se lo pague la aseguradora, debido a que “todo está detenido por la contingencia”.
El 14 de marzo, José y uno de sus compañeros de trabajo, quien también estaba estrenando coche, se detuvieron en una tienda de Los Reyes La Paz. Ahí, tres hombres los golpearon para despojarlos de sus vehículos.
En esa fecha, los procedimientos y trámites eran normales, pues la fase 1 de la pandemia se decretó el pasado 29 de febrero, cuando se detectaron los primeros dos casos de coronavirus en la Ciudad de México, pero no se suspendieron las actividades debido a que eran casos importados.
Ese mismo 14 de marzo José presentó su denuncia por teléfono y conoció los procesos lentos y burocráticos a los que se enfrenta un ciudadano cuando es víctima de la delincuencia.
Su compañero de trabajo, a quien también le robaron el coche, lo recuperó a las dos horas del asalto, debido a que contaba con un sistema de localización, sólo se llevaron todo lo que había en el interior. José recorrió las calles aledañas, pero nada de su automóvil.
De ese 14 de marzo, su aseguradora pidió 15 días hábiles para acreditar el robo y pagar, lo malo es que la fase 2 de la contingencia fue declarada el 24 de marzo, es decir, se atravesaron los contagios y las autoridades decretaron el cierre de empresas y comercios no esenciales, al menos, hasta el 30 de mayo próximo.
Entonces José se quedó sin obtener todos los documentos que le pidió la aseguradora, entre ellos la baja de sus placas, su contraseña del SAT, que aunque ya tiene su página de internet, hasta hoy no funciona.
Sin lograr acreditar el robo, el banco, con quien pidió el crédito, exige mes a mes el pago de su mensualidad, pero logró un convenio para, por lo menos, detener los pagos por la contingencia.
Un día, en plena contingencia, José y su compañero revisaban las redes sociales y ahí vieron que las autoridades detuvieron a dos de sus tres asaltantes y pedían que si fueron víctimas de ellos acudieran a denunciarlos.
A mes y medio de que le robaron su coche está en la incertidumbre, pues no sabe si le quedará algo de dinero de lo que dio de enganche o todo lo que pagará el seguro se irá al pago en el banco y todo porque su póliza de seguro amparaba su vehículo a valor comercial y no factura, comentó José.