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Salvador Jara Guerrero renunció a la Subsecretaría de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP), dio a conocer la dependencia.

Fuentes del organismo señalaron que al titular de la SEP, Otto Granados Roldán, “no le pesó” dejar ir a Jara Guerrero, cuya salida se venía barajando desde diciembre pasado.

Entre los factores que influyeron para facilitar su partida se encuentran la desgastada relación con los rectores de las universidades autónomas estatales, tras la crisis financiera a la que se enfrentaron siete de esas instituciones para cerrar el año y a la cual la respuesta de Jara Guerrero fue que no habría más recursos para ellas, dijo en aquel momento a EL UNIVERSAL. A ello se agregó el cierre de las oficinas de la Dirección General de Profesiones que tenía problemas de operación desde octubre pasado.

Su salida también se da después de que El Gran Diario de México dio a conocer que seguía percibiendo su pensión millonaria como trabajador jubilado de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, además de su sueldo como subsecretario de Educación Superior, o que académicos señalaron que no se lograron alcanzar las metas de cobertura que se planteó la administración federal desde el Pacto por México y luego en el Programa Sectorial de Desarrollo.

Desde el lunes, el ex gobernador interino de Michoacán habría presentado su renuncia al cargo. Jara Guerrero fue designado como subsecretario el 20 de octubre de 2015, en sustitución de Fernando Serrano. Para los titulares de las secretarías de educación locales, consultados sobre la salida del funcionario, se veía en Jara Guerrero que cumplía una función de “congeladora” para evitar que los problemas le explotaran al ex secretario Aurelio Nuño Mayer, concentrado en la promoción de la reforma, la cual no tocó a la educación superior. “Lo que hizo fue lograr contener el tema de las universidades, que no han sido expresiones tan fuertes. Era el secretario adecuado para manejar una oficina de quejas, las recibes y ya”, dijo una de las fuentes.

Esta actitud se observó en la respuesta que dio a la crisis de las instituciones después de haber sostenido, en algunos casos como en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, más de 20 reuniones con ellas.

La SEP no rescataría a las universidades quebradas, porque no tenía más dinero, dijo.     Los organismos no habían tomado las medidas internas necesarias para resolver sus situaciones, respondió el ex titular. Con la salida de Jara Guerrero, el secretario Otto Granados tiene pendiente esa designación, pero también la de la Subsecretaría de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas, cargo que él dejó ante su designación como titular de la secretaría.

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