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Luis Enrique Miranda fue uno de los hombres fundamentales para el presidente Enrique Peña Nieto durante su sexenio e, incluso, desde antes. Es originario de Jocotitlán, Estado de México. Su carrera política inició con el gobernador mexiquense Arturo Montiel, cuando en 2007 fue secretario de Finanzas.
Su amistad y cercanía con Enrique Peña Nieto se empezó a formar en 2009, cuando Miranda fue designado secretario General de Gobierno cuando aquél era gobernador mexiquense.
Miranda Nava operó y cabildeó cientos de crisis que pasaron por su escritorio para evitar que se convirtieran en un problema para Peña Nieto, quien ya tenía fija la mira en ser el candidato priista a la Presidencia.
“Fue el gran operador” para Peña Nieto en su sexenio, describe un político cercano y quien lo vio resolver distintos temas, pero, más allá de ser el negociador, “es su amigo”, afirma.
Miranda es muy directo, pragmático, buen operador político, negociador, hábil, institucional, aprensivo, muy frontal y aguerrido. En la negociación, sus cercanos y opositores lo ubican como un hombre que sabe escuchar para conocer los puntos de vista y darles solución.
Su debilidad es la comida mexicana, los chiles en nogada y las enchiladas. Su pasión es ir al estadio Nemesio Diez a ver al equipo de sus amores, los Diablos Rojos del Toluca. Es deportista: corre casi a diario y nada, además de que le encanta jugar golf.
De hecho, en varias ocasiones jugó golf contra el expresidente Enrique Peña Nieto. “Yo creo que yo soy mejor que él (EPN), pero ahí nos vamos dando. No somos buenos, somos malos, pero entre los dos yo creo que le gano”, relata en una charla con EL UNIVERSAL.
Amigos
“Los amigos son para siempre”, relata el propio Luis Enrique Miranda cuando se le pregunta por su cercanía con el expresidente Peña Nieto.
Ambos se conocieron en Toluca cuando tenían aproximadamente 15 años. En ese entonces, Gilberto Enrique Peña del Mazo, padre del exmandatario mexicano, trabajaba en la Comisión de Electricidad del Estado de México y era el vínculo con la Compañía de Luz y Fuerza del Centro para llevar la energía a los diversos puntos del Estado de México, en tanto que el padre de Luis Enrique Miranda, Luis Miranda Cardozo, gestionó algunas cosas con él y fue desde esa época cuando se frecuentaban y la amistad se fortaleció con el tiempo.
Miranda se declara “un admirador” del expresidente Peña Nieto, y quienes lo conocen recuerdan que el propio Miranda ha dicho que serán el tiempo y los hechos los que van a dar el resultado al calificar la administración peñista.
Miranda era tan cercano al extitular del Ejecutivo que era el político que llevaba la opinión y la línea directa del expresidente a los legisladores priistas e integrantes del Verde durante su sexenio. “Esa iniciativa o votación no le va a gustar al señor Presidente”, recuerda un legislador de la 63 Legislatura que le tocó escuchar esa frase.
Entrón y aguerrido
Hay quien describe que la personalidad de Miranda es la de un tipo “entrón” y “que no se sabe dejar”. El pasado 16 de noviembre, el diputado del PT Gerardo Fernández Noroña arremetió contra el gobierno de Peña Nieto y Rosario Robles en una de sus comparecencias. Esto no se lo permitió Miranda y ambos se encararon, manotearon y hasta se mentaron la madre.
Así es Luis Enrique Miranda Nava, una persona formal, con palabra, buen negociador, pero leal ante todo y, además, piedra angular en el sexenio de Enrique Peña Nieto.