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México debe mantener la libertad que tenemos, aunque no sea absoluta, y si hay una pausa en el desarrollo político del país, que ésta sea sólo de seis años, afirmó el historiador Enrique Krauze.
Durante la presentación de su libro El pueblo soy yo (Debate), que abarca un análisis amplio sobre el populismo en los gobiernos de América, el intelectual mexicano equiparó a la democracia con un edificio en obra negra, “nadie tira un edificio en obra negra”, consideró.
Acompañado por el articulista de EL UNIVERSAL Leonardo Curzio, Krauze evitó referirse a las propuestas de uno de los candidatos a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador.
“Yo no voy a hablar de la reforma educativa, ni de la energética, las malas decisiones en materia económica que ha tomado el gobierno, lo que a mí me preocupa es que en México mantengamos la libertad que tenemos, aunque no es absoluta”, señaló el escritor.
Abundó que en caso de haber una pausa en el desarrollo político de México, ésta sea de sólo seis años, y no se repita el caso de países como Chile, en donde sólo después de una dictadura populista se llegó a un gobierno democrático real.
Krauze también pidió “no entregar el poder absoluto a un hombre que, bajo el pretexto de asumirse como el pueblo, pasa por encima de las leyes, las instituciones”.
También consideró que los partidos que pierdan el 1 de julio “van a tener que entrar en un proceso de autocrítica o de depuración muy profundo”.
A su vez, Leonardo Curzio compartió la anécdota de cuando conoció al ex presidente Vicente Fox, quien leía La presidencia imperial, del propio Krauze.
“La mía tiene que ser la primera presidencia que no sea imperial”, le dijo el presidente de la alternancia a Curzio en aquella época.
Enrique Krauze acotó que Fox “no hizo una Presidencia imperial, pero hizo una vacante, cuando se trataba de ser un Presidente con un liderazgo republicano, con iniciativa”.
Por su parte, Curzio destacó que dentro del populismo se observa a un líder que promueve la idea de dar felicidad a un pueblo desencantado con un gobierno que le ha quedado pequeño ante la evolución social.
Cuestionó si en el caso mexicano existe también un desencanto.
En respuesta, Krauze afirmó que sí, porque la democracia parece contraria a lo natural, a menos que lo no natural sea pelearse entre todos y por todo.
“La democracia mal entendida promete la felicidad, la paz y la justicia, la prosperidad y todos los bienes sobre la Tierra, y cuando los pueblos que la han adoptado la empiezan a vivir y ven qué imperfecta es, desesperan y tienen nostalgia de la monarquía y ponen en el poder a un ordenador”, sostuvo Krauze.
Sobre el caso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Enrique Krauze lo calificó como un accidente histórico de la política mundial “o al menos así espero que pase a la historia”, indicó.