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nacion@eluniversal.com.mx
Son casi las 4 de la mañana. Oficiales en rebeldía, acompañados por familiares, han pasado la noche en vela. Gritan una clave: “¡35!, ¡35!” y alertan la proximidad de militares. Se preparan para la confrontación, para defender la toma del Centro de Mando de la Policía Federal.
Se estaciona un autobús cerca del corazón de la Policía Federal (PF), en Iztapalapa. Entonces, los gritos rompen el silencio de la oscuridad a las 3:45 horas. Ese grupo de policías federales, inconformes con ser enviados a la Guardia Nacional, espera atento.
Desde la medianoche se hizo fuerte el rumor de que el Ejército recuperaría las instalaciones. Los elementos están en alerta máxima, igual aquellos policías que duermen o que intentan hacerlo.
Cinco personas vestidas de civil y dos elementos corren para investigar el origen de esa unidad que se ha estacionado cerca del centro policial. Decenas de personas que esperaban dentro del Centro de Mando salen corriendo para ver si es el Ejército.
De pronto un grito en coro calma los ánimos: “¡15!, ¡15!”, es una falsa alarma. La tranquilidad vuelve, ya que sólo se trata de un autobús foráneo vacío.
José, un elemento de la PF que resguarda la entrada principal del Centro de Mando toma pequeños sorbos de café, que dos mujeres policías han llevado de manera voluntaria para soportar el frió. Afirma que tienen con qué defenderse y responder.
“Ellos podrán ser muy militares y estar entrenados, pero tienen poca acción en este tipo de cosas [desalojo de instalaciones]. Nosotros tenemos la experiencia y es algo que, aparte de estar entrenados, hacemos con frecuencia”, dijo.
En ese momento llega un autobús con 30 policías para reforzar la toma.
Hay gritos de: “¡Bienvenidos! ¡Ese apoyo sí se ve!”. Entre aplausos, los elementos bajan del vehículo con maletas y mochilas “para apoyar a nuestros compañeros porque esta lucha apenas empieza”.
José asegura que el centro sólo se entregará cuando el gobierno federal, por medio del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, se siente a dialogar y responda a su pliego petitorio.
Son las 6:00 horas, se han cumplido las primeras 24 horas de la toma del Centro de Mando y el flujo de vecinos que caminan al Metro aumenta, debido al cierre de esta parte del Periférico. La llegada de más policías federales y de reporteros hace que José comente con seguridad: “Hoy ya no vinieron los militares”. Comienza a amanecer.