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Las elecciones presidenciales en México serán ante todo un plebiscito para medir la popularidad de una administración en la que han retrocedido las libertades civiles y políticas, señala el informe anual publicado este martes por Freedom House.
“Las elecciones generales de julio de 2018 en México servirán como un referéndum sobre una administración que no ha sido capaz de detener la violencia desenfrenada y la corrupción, y se ha vuelto cada vez más hostil hacia los medios independientes y los activistas de la sociedad civil”.
Estados como México podrían estar “acercándose a un importante punto de inflexión en su trayectoria democrática”, advierte la organización con oficina en Bruselas.
El informe evalúa el estado de los derechos políticos y las libertades civiles en 195 países. Para determinar la situación interna considera 25 indicadores a los que otorga una puntuación específica.
México, clasificado como “Parcialmente Libre”, aparece en la lista negra de los 20 países que registraron mayor erosión de su democracia durante el año pasado.
La regresión del país fue de tres puntos con relación al año anterior, es decir, el índice cayó de 68 a 65 en una escala de 100 (de menos a más libre). En total, durante la última década, los mexicanos han visto un declive de sus libertades equivalente a 11 puntos.
Según el documento, el descenso registrado en 2017 responde a que “la democracia en México se ha visto sacudida por nuevas revelaciones de una amplia vigilancia estatal dirigida a periodistas y activistas de la sociedad civil que amenazaron con denunciar la corrupción gubernamental y otras irregularidades”.
También tiene que ver con el hecho de que la administración “se ha resistido a realizar reformas que ayudarían a lidiar con la corrupción desenfrenada, el crimen organizado y un sistema de justicia que se desmorona”.
México no es el único en América en donde los estándares democráticos se erosionan, también sacaron malas notas Venezuela, Nicaragua y Estados Unidos.
La organización afirma que la Unión Americana venía registrando un lento deterioro desde hace siete años, pero en 2017 se profundizó como consecuencia de la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, la reducción de la transparencia gubernamental y de los estándares éticos básicos.
“Aunque las instituciones estadounidenses, como la prensa y el Poder Judicial se han mantenido fuertes frente a los ataques sin precedentes del presidente Trump, estas constantes agresiones podrían finalmente debilitarlos, afectando gravemente la democracia estadounidense y el rol de EU en el mundo”, indica.
Por lo pronto, la organización alerta sobre el fortalecimiento de regímenes autoritarios como consecuencia del repliegue estadounidense como defensor histórico de la democracia en el mundo.
Uno de los casos más emblemáticos es el del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien en su campaña por hacerse de un control absoluto, intensificó su ofensiva contra la prensa, los usuarios de las redes sociales, opositores políticos, el Poder Judicial y el sistema electoral.
Entre los países que experimentaron una mejora neta, destacan Gambia y Ecuador.