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El coordinador de los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), René Juárez Cisneros, hace un balance del periodo ordinario que finalizó el pasado domingo 15 de diciembre y asegura que simplemente no se logró, en materia de reformas, lo que los priistas creen que le va a servir al país. “Le quedamos a deber a los mexicanos”, asegura.
Explica que no hubo una actitud receptiva para enriquecer los dictámenes; además, critica la actitud de la bancada de Morena, “porque escucha, pero no se atienden los argumentos que da la oposición, y a regañadientes se les abre la tribuna a los grupos minoritarios”.
El también exgobernador de Guerrero pronostica que algunas de las reformas que se aprobaron sí le van a servir a los mexicanos, pero que otras no porque van incompletas y no tienen la posibilidad de instrumentarse en los hechos.
Asegura que hay reformas peligrosas que se avalaron, como la Ley de Extinción de Dominio y los superpoderes que se le querían dar a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Hacienda. Describe que Morena es una aplanadora a la que le falta humildad y voluntad de construir acuerdos y que actúa con soberbia y cerrazón: “Hoy están en el poder y a veces el poder embriaga”.
El priista afirma que para febrero se espera mucho trabajo para mejorar el crecimiento económico del país y bajar los niveles de violencia, que son los dos grandes retos del gobierno federal.
Adelanta que el PRI va con una actitud constructiva, pensando en el país, sí con crítica, pero razonada, enérgica y reflexiva, con propuestas para resolver los problemas: “Somos una oposición que queremos ser oposición, sí, pero una que le sirva al país, no que lo dañe”.
Se terminó el periodo ordinario, ¿cuál es su balance?
—El balance es bueno a secas, porque no se logró lo que nosotros creemos le sirve al país.
Hubo iniciativas que no lograron enriquecerse, y no estoy señalando el origen de donde vengan, sino que podían ser muy buenas para el país, pero no hubo la disposición, la actitud receptiva para enriquecerlas. Entonces, hay iniciativas que se convirtieron en leyes y que no son, desde nuestro punto de vista, lo que más le conviene al país.
Hubo avances en algunas otras cosas, pero también insuficiencias, circunstancias que debiéramos cuidar que no acontezcan en el futuro.
El que se secuestre la Cámara [de Diputados], que andemos a “salto de mata” sesionando y que no haya la capacidad para construir los entendimientos, atendiendo el reclamo de las organizaciones sociales y pactar con ellas transparentemente en función de lo que se puede y no se puede, pero que no se interrumpa el trabajo parlamentario, me parece que es una insuficiencia.
Noté un gran esfuerzo y una gran disposición de todas las bancadas. No lo estoy cuestionando, pero como en política lo que cuenta son los resultados, me parece que le quedamos a deber a los mexicanos. En el periodo que viene hay que hacer un esfuerzo aún mayor.
¿Considera que hubo oídos sordos en la mayoría de Morena?
—Se escucha, pero no se atiende. Digamos que se tiene que escuchar y a veces se tiene que escuchar en la tribuna a regañadientes, porque no le queda de otra a la voz de la oposición.
Me parece que está faltando una disposición que le sirve a ellos [ Morena] para enriquecer sus propias iniciativas y propuestas, porque al final de cuentas ellos las van a tener que ejecutar, pues hoy son gobierno.
Como que falta un poquito de apertura para poder construir colectivamente y enriquecer las cosas a favor de México para encontrar la solución a todos los problemas [del país].
Sí noto a veces desánimo o hasta menosprecio a otras ideas que no coinciden con las que ellos están planteando.
¿Considera que las reformas que se aprobaron en el periodo ordinario son las mejores para México y que van a servir a los mexicanos?
—Creo que algunas sí; otras no porque van incompletas, no tienen ni siquiera la posibilidad real de instrumentarse en los hechos, ni de encontrarse con la terca realidad y con las circunstancias normales de un país tan complejo. No se van a poder instrumentar.
Creo que otras sí van a servir; por ejemplo, cuando se consolide la Guardia Nacional, tenga los recursos suficientes y disponga de la infraestructura necesaria, será, sin duda, un órgano que le sirva al país, [el cual] yo creo que hay que fortalecer, pues la violencia es un problema que subsiste.
Otro tema que puede servir a México es una política social como la que se está impulsando con un gran segmento de la gente. Esa parte que se validó en el presupuesto de egresos para ayudar a los más vulnerables es muy buena. El que podamos darle un apoyo a los jóvenes para que se capaciten y se preparen es idóneo, también ayudar a quien necesita la solidaridad del gobierno.
Lo que le está faltando a esa política social es una visión productiva y la parte de organización de la gente, no solamente [se trata] de “te regalo el dinero”, sino “te ayudo a que te organices productivamente”. Ese es el talón de Aquiles de la política social.
Quizá sin normas, sin reglas de operación, también se corre el riesgo de que no haya la transparencia que se requiere. Hay cosas que sí sirven, como la revocación de mandato con las modificaciones que se hicieron, porque ahora deciden los ciudadanos si se va o se queda el Presidente, es decir, como se planteó era errónea, incompleta, lo que se aprobó es razonablemente bueno y le va a servir al país. Son cosas buenas que no estábamos acostumbrados a hablar, [pero] ahora son nuevos tiempos.
¿Cuál considera el PRI que es la reforma más peligrosa para el país?
—Hay algo que por ahí me deja mucha inquietud: todo lo que tiene que ver con extinción de dominio genera grandes preocupaciones a varios sectores de la población, ese sería un tema que tendremos que ver en el próximo periodo.
La reserva para el dictamen de la [Unidad de Inteligencia Financiera] UIF era viable, así se votó la primera ocasión, así se volvió a votar para que continuara el proceso legislativo, que era lo natural.
[Ahora] va a la Cámara de Senadores y seguramente en febrero la tendremos de regreso, y ya habrá tiempo para discutirla.
¿Cómo califica usted a la aplanadora de Morena?
—Como eso, como una aplanadora a la que a veces le falta humildad para tener la voluntad de construir los acuerdos que se necesitan, aunque no todos, ¡eh!.
Hemos visto que hay discrepancias incluso entre ellos, pero ese es asunto que les corresponde. Yo tengo una excelente relación con Mario Delgado, con los coordinadores parlamentarios y con muchísimos legisladores. Tengo un gran respeto por las otras bancadas, pero a veces sí les falta un poco de humildad para construir a favor de México.
¿Pecan de soberbios?
—Digamos que a veces sí, se actúa con soberbia y con cerrazón, pero es normal, hoy [Morena] está en el poder y a veces el poder embriaga.
¿Cómo siente que le fue al PRI?
—Nos fue muy bien, porque a pesar de que somos una bancada reducida, de 47 legisladores, cumplimos una función fundamental en la Cámara [Baja]: fuimos factor de gobernabilidad, de equilibrio, de armonía, y además fuimos eficaces, toda vez que nosotros pudimos plantear en tribuna 75% de las iniciativas, de las cuales fueron aprobadas casi 40%. Para una minoría como la nuestra, pues eso es mucho.
¿Qué se espera para el próximo periodo ordinario?
—Viene mucho trabajo. Hay que enfocarnos en los temas que tienen que ver con el crecimiento económico y bajar los niveles de violencia, ahí están los dos grandes retos, [aunque] me parece que hay que atender todos, porque son temas de Estado en los que los límites y las fronteras de los partidos tienen que ser superados. Lo primero es que le vaya bien a la gente y a las familias, que tengan empleo e ingresos para poder sufragar sus demandas para una vida digna y con decoro, que puedan vivir en paz.
Que no te maten cuando salgas del trabajo, que no te asalten y te quiten lo poco que ganaste con honestidad y esfuerzo, y que tengas la garantía de vivir en paz.
Pacificar al país es algo que está pendiente, [así como] evitar la polarización y la división entre los mexicanos.
¿El tricolor va con actitud constructiva al siguiente periodo?
—Nosotros siempre vamos con una actitud constructiva, pensando en el país. Nos presentamos con una crítica razonada, sí enérgica, pero reflexionada, siempre con propuestas, con una visión de resolver o ayudar a solucionar problemas. Nosotros no somos una oposición, que queremos ser oposición, sí, pero una que le sirva al país, no que dañe a México.