Yeritza Bautista Cortés describe la búsqueda de justicia como un camino bastante complejo, largo y lleno de tortura institucional en muchos sentidos. Su expareja Carlos Enrique “N” intentó quitarle la vida en dos ocasiones y, a casi cinco años de los hechos, señala que el Poder Judicial continúa protegiendo a su agresor.
“Nosotras hemos sido una herramienta política para el Poder Judicial Federal, un accesorio para combatir la guerra de poder, la guerra del sistema, este conflicto político que ellos traen. Durante todo el proceso de la reforma judicial empezaron a salir todos los amparos de agresores. Mi caso no es aislado”, afirma en entrevista.
Al decir que las víctimas son un recurso para que los poderes ejerzan presión, lamentó que la vida de las mujeres y los procesos penales que enfrentan no son prioridad para las autoridades. Por lo que, dijo, la búsqueda de justicia se trata de resistir: “¿Cuánto tiempo?, honestamente ya no lo sé, el cansancio te alcanza de muchas formas”.
“El Poder Judicial Federal es quien resuelve y otorga todos los recursos de los agresores. De manera muy inhumana opera bajo mucha corrupción, opera bajo mucha impunidad y no se toma en cuenta ni se consideran todos los derechos de la víctima”, agregó.
Yeritza explica que un agresor puede utilizar todos los recursos para ampararse. Sin embargo, los jueces deberían resolver sin violentar los derechos de las mujeres. En su caso y a lo largo de todo el proceso se han violentado todos sus derechos, principalmente los que establece la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
El proceso penal empezó en marzo del 2020 cuando Carlos Enrique “N” fue detenido en flagrancia y vinculado a proceso por feminicidio en grado de tentativa. En febrero de 2021 interpuso un primer amparo y se revocó todo el juicio, se invalidó y volvió a empezar desde cero. Así, un nuevo juez lo volvió a juzgar y hasta septiembre de 2022 obtuvo una sentencia condenatoria.
“Con 11 años y 8 meses de prisión como sentencia, era la sentencia mínima en ese momento. La juez de ese juicio argumentó que era su primer delito y que se tenía que considerar la posibilidad de que pudiera reintegrarse a la sociedad lo más pronto posible. Yo decidí no apelar porque en ese punto ya estaba sumamente agotada física, emocional y económicamente”, recuerda.
A inicios del año 2024, Carlos Enrique interpuso un segundo amparo y nuevamente el Poder Judicial Federal se lo otorgó y revocó la sentencia. Se dejaron inexistentes los dos juicios anteriores y se ordenó iniciar, otra vez, el proceso penal. En enero de este año empezaron las jornadas de audiencias y hace unos días iniciaban las pruebas de defensa, sin embargo, nadie llegó.
“Su defensa particular solicitó una prórroga ante el juez. El nuevo juez, José Juan Pérez Soto, le otorgó esa prórroga. La siguiente jornada es el 4 de marzo. Estas prácticas son muy habituales, estas prácticas dilatorias para cansar a las víctimas, para hacerlo más pesado y en muchos casos, pues lograr que la otra parte desista: Es muy común, es muy usada”, lamentó.
Además, durante una resolución de amparo, una jueza resolvió todo el caso en ocho minutos, lo que Yeri califica como inhumano y cruel. Desechar cuatro años, más de 100 audiencias e invalidar a múltiples doctores, peritos, psicólogos, médicos, antropólogos, ministerios públicos, abogados y terapeutas en tan poco tiempo.
“Tiró todo un proceso penal en ocho minutos, dejó inexistente una sentencia condenatoria y ordenó con toda la tranquilidad que yo tenga que volver a enfrentar por tercera vez el proceso, volverlo a ver, no solo yo, sino toda mi familia. El Poder Judicial Federal opera bajo mucha impunidad”, dice.
Yeritza hizo un llamado a las mujeres a marchar este sábado 8 de marzo, pues considera que los poderes que intentan ser el contrapeso del movimiento feminista quieren desvirtuar la lucha.
“Al sistema, al poder, al gobierno le queda muy claro la fuerza que representamos como mujeres organizadas, como mujeres en pie de lucha constante. Y por eso están orquestando colectivos que se autodenominan antifeministas y creo que lo único que hacen es regresar a narrativas de odio, de discriminación y de retroceso”, denunció.
mahc / apr