Con un discurso en el que criticó los recursos públicos utilizados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en administraciones anteriores, así como una supuesta ineficiencia para atender a las víctimas, Rosario Piedra Ibarra presentó ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión el resumen de las actividades que el organismo autónomo realizó durante 2019.
Dos meses después de haber entrado en funciones, Piedra Ibarra se enfrentó a su primera comparecencia como presidenta de la CNDH y lo hizo entre opiniones divididas: por un lado los legisladores de Morena le aplaudían, y por el otro los integrantes de la oposición le recriminaban que no se había pronunciado ante la detención de migrantes, la atención a la salud y otros temas relacionados con el respeto a los derechos humanos.
El discurso de la presidenta de la CNDH llegó a su clímax cuando aseguró que el fracaso del organismo “ha sido uno de los más costosos para los mexicanos, porque su dispendiosa estructura burocrática no ha respondido a las necesidades y expectativas ciudadanas ni se ha conducido con transparencia, esta inutilidad no es un problema de personas, es estructural y de la concepción misma con la que se concibió a la comisión en los gobiernos neoliberales”, afirmó.
Desde un inicio dejó claro que aprovecharía su participación para exponer las metas y objetivos que planea alcanzar en su gestión, y de inicio aseveró que para atender a las víctimas “no necesitamos de un inmenso aparato burocrático, ni de cuantiosos recursos”.
Anunció que se retabularon los sueldos de todos los funcionarios de la CNDH y por ese motivo nadie ganaba más que el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Piedra Ibarra había anunciado algunas de estas medidas el año pasado, cuando brindó su primera conferencia y dio a entender que pensaba llevar la política de austeridad a la CNDH.
Esto, pese a que el anterior titular, Luis Raúl González Pérez, llegó a promover acciones de inconstitucionalidad contra la Ley de Remuneraciones para que la norma no fuera aplicada en el organismo.
La actual presidenta de la CNDH se refirió a lujos que había en la institución e indicó que ya había eliminado todos los beneficios con el objetivo de ahorrar 30% de los recursos que se ejercían.
Aseguró que se venderán todos los vehículos blindados y de lujo de la institución, se quitaron los celulares a los funcionarios públicos, se retiró a la chef, y se eliminaron los bonos, primas y estímulos.
Anunció su intención de agilizar la atención de quejas y emisión de recomendaciones. Dijo que en 2019 la CNDH recibió a 179 mil 937 personas agraviadas y 48 mil 590 escritos de queja, de los cuales sólo se resolvieron 11 mil 181.