A 77 años de que se aprobó la reforma constitucional que permitió el voto femenino y ante la posibilidad de que por primera ocasión en México una mujer ocupe la Presidencia de la República, los cambios son insuficientes para asegurar la construcción de ciudadanías democráticas e incluyentes, consideró la investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, Amneris Chaparro Martínez.
“Estamos frente a una conquista de relevancia y de larga data, como parte de las luchas históricas que se han librado para que las mujeres en este país accedan a esos cargos de representación”, dijo.
En un comunicado, expresó que históricamente las mujeres han mostrado un gran activismo y han sido partícipes de movilizaciones políticas y de los debates públicos, aunque desde una posición de marginalidad respecto a los varones.
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Tener candidaturas y vigilancia para que se cumpla la paridad de género de 50% es un gran progreso, pero argumenta que la representación en sí misma no significa que van a defender los interés e ideales de la lucha feminista, subraya en entrevista.
Esto lo vemos, precisó, en numerosas discusiones que tienen que ver, por ejemplo, con prerrogativas reproductivas de ellas; hay legisladoras que siendo mujeres, no votan a favor y, por el contrario, apoyan políticas que más bien son punitivas, prohibitivas, que incluso ponen en riesgo la vida.
“Creo que necesitamos políticas educativas de mayor alcance en materia de género. La política educativa de un país debe tener un perfil feminista y humanista, en el sentido más estricto de la palabra, de tal forma que realmente busque la formación de ciudadanías democráticas, y eso es algo que sigue faltando en nuestro país”, aseveró Chaparro Martínez.
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Expresó que las universidades deben realizar un ejercicio de autocrítica interna para determinar qué falta para lograr espacios paritarios, seguros y, principalmente, democráticos, en donde todas las personas expresen sus opiniones libremente.
Además, deben consolidarse como lugares de formación de ciudadanía en donde se fomente el pensamiento crítico como parte fundamental en cualquier sociedad que aspire a ser mínimamente democrática.
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