Con una larga trayectoria en la política, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín vive una etapa inédita en su carrera, luego de que las diferencias irreconciliables con el dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, lo obligaron a renunciar a su militancia de 44 años en el partido tricolor.
Orgulloso yucateco, Ramírez Marín, ahora legislador del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), niega que su incorporación a la Cuarta Transformación (4T) haya sido una decisión incongruente, pues, asegura, sigue siendo crítico y fiel a sus principios.
“Para mí era inaceptable que el PRI se uniera al PAN en las elecciones y la historia me ha dado la razón”, afirma.
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¿Cómo incursionó Jorge Carlos Ramírez Marín en la política?
—En la vida estudiantil y participando en los grupos culturales de la Preparatoria Número 1 de la Universidad Autónoma de Yucatán (UAY), en Mérida.
¿Y cómo se acerca a la vida del PRI?
—En aquella época el PRI tenía un programa de manera casi natural donde buscaba liderazgos en las universidades. Entonces, yo entré a un concurso de oratoria y un funcionario del Revolucionario Institucional me dice: ‘Oye, ¿por qué no vas al concurso de oratoria del PRI?’.
Y le digo, pues porque no soy del PRI. ¿Qué tal si hablo mal del PRI? Me dice: ‘No importa. Ven, son muy pocos. Así que a lo mejor ganas’.
Y fui y gané, y el premio era participar en el concurso nacional de oratoria del PRI, en el cual quedé en tercer lugar allá.
Ya de ese concurso me invitaron a darle pláticas a los seccionales del PRI, que en aquel entonces eran puras viejitas. A raíz de eso empiezo a participar en el partido tricolor.
¿Qué figura del PRI ha sido su inspiración?
—Sin lugar a dudas Beatriz Paredes Rangel. Es una persona congruente, firme y al mismo tiempo cariñosa. Se da tiempo para enseñar, para darte consejos. Es una chulada.
¿Y fue muy difícil para usted dejar al partido tricolor?
—Muy difícil. Acepté muchas cosas que no debía haber aceptado antes de salirme. Me tardé cuando ya existió un motivo real. Fue para mí realmente un orgullo participar con el presidente [Enrique] Peña [Nieto] y mucha molestia ver que no defendían al presidente Peña [Nieto].
Fue para mí un gran orgullo hacer este intento de transformación que tenía como meta el presidente de México y ver que realmente lo más importante eran intereses peque- ños, y cuando ya sólo hubo esos intereses pequeños, era muy difícil seguir. No encontré espacio ni verdad ni seriedad, y en ese momento era indispensable salirse del Partido Revolucionario Institucional.
¿Lo platicó con Alejandro Moreno Cárdenas o simplemente al ver cómo se estaban dando las cosas en el partido se alejó?
—Yo estaba cerca del dirigente nacional del partido, conversaba muy frecuentemente con el líder y encontré que no iba a ser posible que lo que el presidente nacional del PRI decía, se sostuviera. O sea, no era cierto, y en ese caso preferí dar un paso de costado y decir, con permiso, no voy a participar en este encuentro con el PAN, que me parece a mí desdibuja por completo todo por lo que yo he luchado. Y me salí del partido. No dije nada más, pero se molestaron mucho.
¿Qué opina de que ahora en el PRI lo tachan de traidor?
—Yo creo que se lo pueden decir a los que no hicieron nada por el PRI. Algunos de ellos ahorita tienen un cargo, pero los que trabajamos por el PRI nunca lo dejamos mal. Nunca hicimos presa de escándalo al PRI. Nunca le dimos motivo al PRI para avergonzarse de nosotros. No tenemos ni siquiera una observación de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Yo creo que contábamos con toda la autoridad moral para decir, “aquí no sigo”.
¿Puede presumir una trayectoria política limpia?
—Es una trayectoria de trabajo. No es una trayectoria de haber conseguido cargos a través de amistades o de posiciones no debidas.
Siempre trabajé para cada una de las oportunidades que me dieron. Se los reconozco al PRI. Sin duda es el que te da las oportunidades, pero al menos en mi caso no puede quejarse tampoco. Le he devuelto con trabajo todas esas oportunidades.
¿Se decepcionó del PRI?
—No. Sentí que no cabía seguir esperando lo que no pasaría en el PRI. La historia me da la razón.
Usted fue opositor y ahora está del lado de la 4T. ¿Qué le responde a quienes lo critican?
—Pienso que hay que revisar las cosas con las que estabas de acuerdo y con las que no. Lo que puedo decir satisfactoriamente es que yo nunca he criticado con adjetivos a la 4T, yo siempre he dado razones, y cuando se presenta la oportunidad, las sigo dando en la 4T, sigo discutiendo, sigo aportando, sigo ofreciendo alternativas, sigo mejorando las propuestas. Yo creo que he estado siempre más cerca del pensamiento social de Morena que de esta nueva dimensión de volverte panista.
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¿Pasarse a la 4T no fue una incongruencia en su carrera?
—Yo creo que con toda congruencia era inaceptable una reunión con el PAN, y la elección lo comprobó.
Y ahora, ¿cuáles son sus metas?
—En esta etapa de mi vida, yo creo que a los 63 años tienes que tomar las cosas con más filosofía y con más calma. Ahora para mí lo importante es que esta lucha que dimos para ganar el gobierno de Yucatán y para refrendar la historia en la Cuarta Transformación, lo que hay que hacer es que tengan éxito estas dos administraciones, la de Claudia Sheinbaum y la de Joaquín Díaz Mena en Yucatán.
¿Usted se ve algún día jubilado, retirado de la política, o hay Ramírez Marín para rato?
—Yo creo que hay Ramírez Marín para lo que sigue. Jubilarme es una decisión que tiene que tomar mi mujer. Cuando ella me diga: ‘Ya no das más’, creeré en eso.