El fenómeno migratorio sin precedente por el que atraviesa la Ciudad de México saturó el campamento de la colonia Vallejo y lo extendió a las aceras de calles contiguas que en casas de campaña albergan a decenas de los nuevos miembros que se integran a la comunidad en esa zona de la alcaldía Gustavo A. Madero; su presencia ya afecta a vecinos y estudiantes de las escuelas primarias aledañas.
A unos metros de ellos, en la Primaria La Prensa, autoridades escolares externaron que dicha sobrepoblación repercutió en su alumnado, pues los migrantes, al usar las coladeras que colindan con el centro educativo, terminaron por provocar el colapso del drenaje.
“La problemática social que estamos viviendo sobre lo que es la migración, a mi me está impactando en las enfermedades, he tenido niños con tifoidea, escarlatina y sarampión. Mi escuela está atrás de los migrantes, entonces todos los orines y las heces fecales están contaminando el ambiente. La calle no es albergue”, recalcó Verónica Cortés, directora de la Escuela Primaria La Prensa.
Lee también: Titular del Instituto Nacional de Migración se reunión con los vecinos antes del desalojo del campamento migrante
Patricia Pérez, madre de una pequeña alumna de ese plantel, narró que “por las tardes hay un olor insoportable de las heces de los migrantes que están a un lado. Están ocupando el parque que era el punto de reunión externo de los niños de la primaria y de la comunidad estudiantil de por aquí, entonces, en caso de un siniestro, los niños no tienen en donde salvaguardar su integridad (…) usan como letrina las banquetas y las coladeras aledañas, eso perjudica a la población escolar”, expresó.
Decenas de casas de campaña improvisadas sobre las orillas de la calle Clave lucen llenas, con cientos de personas en movilidad que extendieron el campamento que desde hace casi un año fue creciendo gradualmente.
Cada pequeña choza de madera y de lonas de plástico tiene una hoguera improvisada a unos pasos de su entrada, en donde, al aire libre, los migrantes preparan guisos con evidente falta de limpieza en las veredas de las vías entre y sobre el balastro; en algunas partes se amontona la basura, restos de comida que se pudren bajo el sol, moscas y una extensa serie de trastes, juguetes y muebles viejos.
En la plazuela ubicada entre las calles Caruso y Florencio Constantino, lugar en donde los vecinos jugaban a la pelota, paseaban por las jardineras y era visible un pequeño quiosco, la tarde del 11 de junio no tenía cabida para siquiera un alfiler.
Lee también: “Albergues no queremos”, dicen migrantes de Vallejo
“Yo no tengo nada en contra de ellos, pobre gente, viene a sufrir, pero a mi ver, ahorita estamos sufriendo más con ellos porque sí vinieron a quitarnos tranquilidad, me gustaría que los reubiquen”, comentó el señor Alejandro Ibáñez, vecino desde hace más de 30 años.
Algunos miembros de la comuna compartían alimentos cerca de tubos de PVC de media pulgada que les sirven de drenaje provisional, el cual desagua en la calle, lo que provoca que al calor del mediodía el hedor moleste a los colonos.
Los extranjeros, en su mayoría de nacionalidad venezolana, parte del 51% de la población que salió de su país por la inseguridad y pobreza, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), llevan a cabo diversas actividades para hacer menos pesada su estadía en la capital mexicana y para generar el dinero que les permita desplazarse a la frontera norte, cuando les llegue al fin la cita de su solicitud de asilo en territorio de la Unión Americana.
Vecinos y autoridades escolares esperan que, como sucedió con los extranjeros que ocupaban la Plaza Giordano Bruno en la alcaldía Cuauhtémoc, las autoridades de Migración procedan a reubicar el caserío que ya se extendió hasta la calzada de los Misterios.
Lee también: Iglesia católica atendió a medio millón de migrantes "por presiones de EU a México para contener flujos migratorios"
Entre tanto, personal de la Subdirección de Migrantes de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social de la Ciudad de México, que recorre el perímetro, comentó que a ese lugar, formado por unas 400 casas, no han llegado personas que fueron retiradas de la colonia Juárez.
Enfatizaron que en la capital, la movilidad humana es el ejercicio del derecho de toda persona a migrar, lo que incluye las transformaciones positivas que disminuyan las desigualdades, inquietudes y discriminación; por lo tanto, no se identificará ni se reconocerá a ningún ser humano como ilegal por su situación migratoria.